La resurrección de las aguas
En el término municipal de Jerez de la Frontera, a unos 10 kilómetros al sureste de la ciudad, se encuentra la laguna de Medina, el humedal por excelencia de la provincia de Cádiz. Con una superficie de más de 120 hectáreas y una zona periférica protegida que ocupa 254 hectáreas, esta reserva natural es la segunda más extensa de Andalucía y reúne especies animales y vegetales de extraordinario interés, alguna de ellas en peligro de extinción.La laguna de Medina, que tiene una profundidad media de 1,5 metros, está escoltada por dos ríos: el Guadalete por el Norte y el Salado al Sur. Se encuentra localizada muy cerca de la frontera entre la campiña jerezana y la vega del Guadalete. Esta cuenca, de 1.200 hectáreas de superficie, representa uno de sus principales aportes de agua junto al arroyo de Fuente Bermeja.
La zona en la que se encuentra, sometida habitualmente a largos periodos de sequía, convierte las escasas precipitaciones en una suerte caída del cielo. La laguna, de hecho, ha llegado a secarse por completo en los años de escaso nivel pluviométrico, aunque siempre ha demostrado después que tiene una extraordinaria capacidad de recuperación.
Entre las especies vegetales más interesantes se pueden citar las eneas (Thypah dominguensis), los carrizos (Phagmites australis), las castañuelas (Scirpus maritimus) y tarajes (Tamarix africana), que constituyen un rico cinturón de vegetación alrededor de la laguna. En las proximidades de la reserva -y sólo en zonas no cultivadas- también se pueden encontrar otras plantas como el acebuche, el lentisco, la coscona o el palmito.
Esta importante reserva destaca, sin embargo, por su gran variedad de aves acuáticas, y cuando el clima es propicio, es decir, en años de lluvias abundantes, se llegan a sumar más de 20.000 ejemplares en la laguna. La presencia de especies como la malvasía, la focha cornuda o el calamón fue esencial a la hora de declarar a este conjunto como Zona de Especial Protección Ambiental, aunque la variedad de aves es inmensa: garceta común, ánsar, pato colorado, aguja colinegra, flamenco.
La Laguna de Medina es un lugar de peregrinación para estudiosos y amantes de la naturaleza. El Ayuntamiento de Jerez ha organizado en varias ocasiones visitas de colegios de la ciudad dentro de un programa medioambiental en el que también participó una industria cercana a la reserva natural que ha decidido colaborar con el cuidado y conservación de la misma. Durante las visitas, muy controladas, existe la oportunidad de pasear por una pista diseñada alrededor de la laguna que permite recorrerla casi en su totalidad. Las autoridades prohibieron hace años las acampadas en este lugar, por lo que la única posibilidad de contemplar su belleza es mediante visitas organizadas.
Recientemente, se construyó un mirador y aula medioambiental tras la demolición de una vieja casa a orillas de la laguna. Estas instalaciones sirven para acercar mucho más a visitantes y estudiosos la vida y el comportamiento de las aves que anidan en la laguna, y desde ellas se ejerce, al mismo tiempo, una mayor vigilancia y control de la reserva natural. La Junta de Andalucía cerró, por otra parte, una gravera existente dentro de la reserva para proteger el hábitat de la zona. Este paraje constituye el complejo endorreico más importante de la provincia gaditana y forma parte del conjunto de lagunas existentes en la comarca de Jerez, algunas de ellas a punto de desaparecer. Las Administraciones local y autonómica, no obstante, están realizando un férreo control a estos humedales con el objeto de no perder su potencial ecológico.
Datos de interés
El mejor acceso desde Jerez es a través de la carretera C-440 en dirección a Medina Sidonia. Para visitar la laguna es necesario un permiso de la Consejería de Medio Ambiente y es obligatorio acatar estrictas normas de cuidado y respeto hacia la naturaleza. Más información: 956 27 45 94 o Delegación Provincial de Medio Ambiente de la Junta.
