Santa Coloma pide al Síndic que medie con los vecinos
La protesta de los vecinos de Les Oliveres de Santa Coloma de Gramenet (Barcelonès) contra la nueva línea B-20 de autobús tomó ayer tintes dramáticos. Los cinco vecinos que se encerraron el martes por la tarde en la sala de gobierno del Ayuntamiento continuaron en su actitud durante todo el día y cerca de las 22 horas decidieron levantar el encierro sin acuerdo previo y dispuestos a proseguir las negociaciones. Además de encerrados, los vecinos mantuvieron una huelga de hambre y anoche habían superado ya las 30 horas sin ingerir más que agua y un poco de caldo. Pese a que el Ayuntamiento les aseguró en todo momento la asistencia médica, una de las vecinas sufrió una lipotimia a última hora de la tarde.Los vecinos mantienen que no están dispuestos a aceptar la modificación del trayecto de la línea B-20 de autobús que entró en funcionamiento el 2 de noviembre. La línea conectaba antes de esa fecha el barrio de Les Oliveres y la ronda de Sant Pere de Barcelona directamente.
Los vecinos encerrados decidieron ayer por la tarde aceptar una mínima ampliación del recorrido anterior. Pero la alcaldesa Manuela de Madre quiso dejar la negociación en manos del Síndic de Greuges. Debido a la gravedad que tomó la protesta De Madre admitió "la impotencia del municipio para solucionar el conflicto". Los vecinos tampoco aceptaron la intervención del Síndic de Greuges.
La protesta vecinal alcanzó ayer una gran radicalización. Sobre las 7 de la tarde, un centenar de vecinos de Les Oliveres se manifestó en la plaza de la Vila, en apoyo de los compañeros encerrados.
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