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Reportaje:

El protomártir de la Universidad

La Universidad de Valencia celebra el Quinto Centenario de su establecimiento. Nació por iniciativa municipal. Quizás eso predispuso a ciertos poderes fácticos contra la primera institución cultural, signo y testimonio del siglo de oro valenciano. De hecho, buena parte de los profesores creadores fueron perseguidos y ajusticiados por la Inquisición: Abril, Allepús, Colom, Miró, Oltra, Pintor, Mas, Escrivà, Dalmau... Su alma y motor, Lluís Alcanyís, fue quemado el 25 de noviembre de 1506, víctima primeriza de la intolerancia contra la Universidad. Sería un día diáfano como los del otoño, luminoso como los de Valencia, con un sol radiante pero legañoso, que brilla y no calienta, frío... apenas instaurado el Estudi General era atropellado, humillado, herido. Vencía la Inquisición, llamada santa, ejecutando al reformador de la enseñanza y de la práctica médica, fundador de la Universidad, el alma de su constitución y de sus primeros pasos.En la plaça dels Apòstols fue encendida la hoguera y quemado vivo el primer catedrático de Cirugía del mundo, una reconocida autoridad. Escogieron una fecha señalada, la de santa Caterina, patrona de los estudiantes. Seguramente, esperarían que pasara desapercibido el auto de fe o, por el contrario, buscarían mayor notoriedad y concurrencia. El detalle es indicativo de los malvados modos inquisitoriales.

La tempestad empezó en el momento de la imposición de la Inquisición castellana, en 1482-1484, "en aquell temps havia grand por". Las autoridades forales clamaron por el agravio de introducir una institución extranjera. Todo fue inútil. Era imparable y su prioridad, los conversos, con lo que, además de la sangría humana, destruyó la burguesía que construía aquellos esplendores y, a la vez, desmontó su mundo cultural, el periodo clásico de nuestras letras. En unos años, a caballo de los siglos XV y XVI, el Reino de Valencia pasó de la dorada hegemonía social, intelectual y material a una franca decadencia.

Un objetivo fue el escritor, médico y catedrático Lluís Alcanyís. El legajo 538 de la sección Inquisición de Valencia del Archivo Histórico Nacional contiene el proceso contra su esposa y revela los pormenores del drama. Se anota que su padre Jaume era notario de Xàtiva y Lluís habitaba en Valencia, donde casó por el rito judío con Elionor Esparça, también de familia perseguida. Tuvieron cuatro hijas y un hijo: Violant, Aldonça, Jerònima, Àngela y Francesc. Vivían en la calle de la Taverna del Call, cerca de los Vives. Poseían un buen nivel económico.

En 1483 Elionor cometió el error de "beneficiarse" de los "edictos de gracia" (confesar con una pena simbólica); más tarde servirían para incriminarla: que "féu moltes vegades lo dejuni del perdó", que los viernes preparaba "cresols amb metxes noves" y "aparellava cassoles per al dissabte". Sin embargo, "lo dit marit la"n reptà" por sus costumbres mosaicas. En 1489 y 1491 los inquisidores la citaron para aclarar detalles. Pasaban los años; no les molestaban, pero la maquinaria ciega acumulaba datos sin prisa y sin pausa.

Se cerró el cerco y el 22 de febrero de 1504 el matrimonio Alcanyís fue encerrado en las mazmorras del palacio arzobispal. Se conocen algunos delatores, como la esclava "de linaje de russos" Caterina, que buscaba su libertad o el cirujano envidioso Juan de Sangüesa, que declarará que "mataron en casa una esclava cristiana, a palos" o el estudiante Gavaldà que había visto como "comprà una cuixa de cansalada, de la qual ell menjava, pero la muller e filles se feien cuinar per a elles a par".

Desesperada, Elionor intentó exculpar a su marido el 7 de marzo de 1505, pero el 31 del mismo mes la tortura llevó al Alcanyís a intentar salvarse, traicionando patéticamente a su mujer y a su hija: "s"abstenia de menjar congri, anguiles, porc o conills". No pudieron luchar los abogados contra esta confesión forzada. La familia se derrumbó hasta la ruina y la muerte. El epitafio podría ser de Vives: "Tot és tancament i nit".

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