Detenidos 35.000 miembros de Falun Gong, según la disidencia china

La policía de Pekín ha detenido a más de 35.000 miembros de la secta budista Falun Gong durante la represión que ha llevado a cabo en los últimos cuatro meses, muchos de ellos incluso antes de que el grupo fuera declarado ilegal el pasado 22 de julio, según denunció ayer el Centro de Información de Derechos Humanos y Movimiento Democrático en China.

Un total de 35.792 miembros de la secta Falun Gong han sido detenidos por la policía de Pekín desde el mes de julio, según datos proporcionados por Li Lanqing, viceprimer ministro y alto cargo del Partido Comunista Chino, durante una reunión interna con otros importantes funcionarios. Li Lanqing hizo públicas estas cifras durante su intervención ante otros 3.000 miembros del Partido Comunista Chino en una reunión celebrada en el Gran Palacio del Pueblo de Pekín el pasado viernes.

Aunque la prensa oficial informó entonces de la reunión, se ocultaron los detalles referentes a las detenciones, que han sido ahora reveladas por el Centro de Información de Derechos Humanos y Movimiento Democrático en China. La mayoría de estas detenciones -24.000, según las fuentes- fueron realizadas en las inmediaciones de la plaza de Tiananmen y en los días previos a la ilegalización de la secta, que Pekín considera "satánica".

Desde que el pasado 30 de octubre el culto fuera declarado ilegal, la policía de Pekín ha detenido diariamente a una media de 60 seguidores de esta secta, que combina el budismo, taoísmo y ejercicios marciales llamados Qigong, y que se basan en la regulación del ritmo respiratorio.

Pekín también ha pedido la extradición del líder máximo de Falun Gong, Li Hongzhi, un ex funcionario exiliado en Estados Unidos que se considera la reencarnación de Buda y anima a sus seguidores a buscar la iluminación mediante una vida austera y simple, la meditación y la oposición a las modernas formas de vida, la medicina y la homosexualidad.