Calvo Serraller estudia el 'Guernica' como una naturaleza muerta
Editado un libro que visualiza en detalle el mural de Picasso
"El Guernica de Picasso se puede definir como una obra de género, y creo que es una naturaleza muerta", declaró ayer Francisco Calvo Serraller (Madrid, 1948), catedrático de Historia del Arte de la Complutense de Madrid y crítico de EL PAÍS, en la presentación del libro El Guernica de Picasso. El volumen forma parte de la colección Grandes Obras, de TF Editores, que, con diseño de Alberto Corazón (Madrid, 1942), analiza obras representativas y une el ensayo de un experto con la reproducción en detalle del cuadro.
El Guernica de Picasso es el cuarto volumen de la colección, tras la aparición de Las meninas de Velázquez, de Francisco Calvo Serraller; Las pinturas negras de Goya, de Valeriano Bozal, y El Jardín de las Delicias de El Bosco, de Joaquín Yarza. Los dos últimos volúmenes han recibido el premio del Ministerio de Educación y Cultura al libro de arte mejor editado en los años 1997 y 1998. Los próximos títulos de los 12 previstos, con tiradas entre 2.500 y 3.500 ejemplares, estarán dedicados a obras de El Greco y Tiziano, y para las reproducciones se utilizará por primera vez tecnología digital.Esta colección, según el editor Tito Ferreira, tiene la intención de "visualizar los cuadros de una forma distinta". En el caso del Guernica, aparece como un redescubrimiento, ya que "cada fragmento es un cuadro, cuadros que no existen cuando se observa la obra de forma directa". Señala que la reproducción en detalle ofrece información y simbologías que no se aprecian a simple vista. "Cada página de fragmento del Guernica es un cartel del siglo XX, son figuras que tenemos todos en algún lugar de la memoria".
La reproducción de la obra se hace con fotografías directas tras una planificación de los detalles. El tratamiento técnico ha llegado a descubrir tonos ocres en el mural, que no se aprecian con la iluminación actual. El diseñador Alberto Corazón dice que de esta forma se presta atención a zonas en una visión periférica. La revista Poesía publicó hace unos años, con diseño de Mario Armero, todo el cuadro en las páginas de un libro, que en su conjunto podían reproducir la obra a la misma escala. "El relato visual del Guernica no tiene que ver con la reproducción geométrica. Esta edición presenta un merodeo alrededor del cuadro lleno de referencias".
La visión del cuadro de Picasso, junto con los bocetos y óleos preparatorios -que se expone en la segunda planta del Museo Nacional Reina Sofía, de Madrid- se recoge en el libro junto con el ensayo de Francisco Calvo Serraller, que hace 20 años publicó otra monografía de carácter divulgativo.
El texto analiza las circunstancias personales y artísticas de Picasso durante la realización de la obra en París en 1937, por encargo del Gobierno republicano, para entrar en los aspectos de la composición, la técnica, fuentes de inspiración y significados, la fortuna crítica y su paso a la leyenda, el estado de conservación tras los estudios realizados en el Museo Reina Sofía y la polémica sobre las peticiones de traslado.
Calvo Serraller mira las páginas del libro como una secuencia dramática, como si se tratara de una película o una novela. Afirma que sobre el Guernica se han escrito infinidad de libros pero todavía tiene "muchas cosas por decir".
Una de ellas es situarlo en un género artístico, y el autor cree que es un cuadro de género, una naturaleza muerta. "Se han buscado precedentes épicos, pero la épica en el siglo XX cambia de sentido. Picasso tiene la capacidad de ser el gran intérprete de la modernidad". También califica de naturalezas muertas los cuadros realizados en los años cuarenta tras la guerra civil y la II Guerra Mundial, así como las fotografías periodísticas en blanco y negro sobre el Holocausto.
El autor entra en otros aspectos del Guernica, como su estado de conservación y las peticiones de traslado, la más polémica al Guggenheim de Bilbao con motivo de su inauguración. Calvo Serraller cree que el cuadro está en un "estado calamitoso", tras convertirse durante 20 años "en una ONG de exiliados españoles", por deseo de Picasso, y "no se debe prestar nunca ni convertirse en un capricho para satisfacer ansias políticas diversas".
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