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Bruselas estima que la UE disfrutará de un crecimiento sostenido del 3% desde el 2000

Xavier Vidal-Folch

La coyuntura económica de la UE denota una "base sólida para un crecimiento duradero, sostenido y creador de empleo", que en el 2000 alcanzará el 3%. Así resumió el comisario de Asuntos Económicos y Monetarios, Pedro Solbes, el informe de otoño de la Comisión, publicado ayer. Para Solbes, los puntos negros son la inflación y la persistencia de diferencias entre los datos macroeconómicos de los países del euro, pero ninguno de estos aspectos reviste gravedad. Al contrario, "es más probable que la realidad supere a las previsiones", positivas, que a la inversa.

Europa parece instalada en la recuperación, tras las crisis internacionales del año pasado. El crecimiento del producto interior bruto (PIB) dela Unión durante este ejercicio alcanzará una media del 2,1%, si bien esa cifra esconde grandes diferencias, entre el 7,8% de la excepcional Irlanda y el 1,1% de la retrasada Italia (ver gráfico). Y de ese ritmo se pasará al 3% tanto en el año próximo como en el siguiente, según las previsiones de la Comisión.Este crecimiento se basará en un aumento de la demanda interna, dentro de la cual el consumo privado aumentará a un ritmo del 2,75%, gracias a un aumento de los salarios reales de entre el 1% y el 1,5%; al menor ahorro en previsión de malas coyunturas y al crecimiento del empleo.

La Comisión prevé también que se acelere la inversión en maquinaria y bienes de equipo, hasta un 6% o un 7% anual. Aunque el alza de los tipos de interés a corto juega en ésto a la contra, Solbes destacó que los tipos a largo han disminuido, algo "positivo para los inversores".

Armonización

Las expectativas que se abrieron con el euro, de una inmediata armonización de las coyunturas, sin embargo, aún no han cristalizado. En buena parte, según la Comisión, por el diferente impacto que las crisis financieras exteriores tuvieron en cada uno de los países europeos. También por el distinto impacto de los precios del petróleo, y las diferentes evoluciones de los tipos de interés reales y de los mercados de trabajo.El resultado de todo ello es que se han formado tres grupos, que exhiben algo así como tres subciclos. Alemania e Italia (con crecimientos del 1,5% y del 1,1% en 1999) son los "rezagados". Irlanda, Grecia, España, Luxemburgo, Holanda, Portugal, Suecia y Finlandia -el frente escandinavo-sureño- ha superado el 3% de crecimiento del PIB. Entre medio, Francia se ha comportado mejor de lo previsto (2,5%) y el Reino Unido (1,8%) también. Pese a ello, Solbes consideró que no se han generado "grandes problemas de sincronización", tampoco dentro de la zona euro.

¿Cómo se traduce ese crecimiento? Positivamente en el empleo, que aumenta un 1,2% en 1999 -sólo algo menos que el año anterior- y al mismo ritmo el año próximo y el siguiente (1,2% y 1,1%).

Así, se crearán 5,5 millones de empleos en el trienio, mientras que el paro bajará del 9,9% de 1998 al 8% en el 2001, por debajo de los quince millones.

El ritmo español, el tercero mejor, decaerá en el 2000 y 2001, si bien el presidente del Gobierno, José María Aznar, argumentó que en algunas comunidades autónomas ya se da el "pleno empleo", horizonte a vislumbrar "en la próxima legislatura".

El crecimiento, sin embargo influirá negativamente en la inflación, que pasará del 1,2% de este año al 1,6% en el 2001, aunque ese derrape le parece "moderado" y asumible a la Comisión. Y muy positivamente en el déficit público: del 1% de este año se pasará al 0,6% el próximo ejercicio y al 0,3% en el 2001, cifra que ya está "muy cerca del equilibrio presupuestario", como manda el Pacto de Estabilidad.

Pese al optimismo, Solbes siguió la tradición de sus antecesores. Exhortó a los Gobiernos a utilizar los márgenes de maniobra que les otorga el actual crecimiento para acelerar la reducción del déficit, aunque en un tono menos fundamentalista de lo acostumbrado entre los líderes de la economía europea.

Aunque el ritmo de descenso de la deuda pública es inferior al del déficit, el comisario constató que está en lo previsto por el Pacto de Estabilidad, y calificó de "no nueva" la sugerencia de Aznar de reducir a la mitad la deuda: Solbes recordó que el ex-ministro alemán de Hacienda Theo Waigel, propuso algo semejante.

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