Temblor en la pasarela

Tenía que ser la BBC, la televisión que con más frecuencia citan los italianos por su rigor y su seriedad para contraponerla a la muy frívola y politizada RAI, la que asestara a Milán y a la floreciente industria de la moda uno de los golpes más duros que ha recibido hasta el momento. Desde hace días, los periódicos italianos, a los que ayer se sumó la televisión, han venido anunciando escandalizados el contenido del reportaje que ayer tenía previsto emitir la BBC, en el que se ponen supuestamente al desnudo algunas crudas verdades, camufladas bajo montañas de lujo y de belleza, en el mundo cada vez más glamouroso de la moda. El documento, que incluye secuencias filmadas secretamente, habla de decenas de jovencitas aspirantes a convertirse en top-model, que llegan a las escuelas de moda milanesas y son manejadas como carne de prostíbulo por los relaciones públicas de agencias y compañías intermediarias, que cobran comisión por exhibirlas en discotecas y clubes y que a menudo ejercen de auténticos celestinos.El mundo de la moda milanesa ha reaccionado con furia y algunos modistas proponían ayer llevar a la BBC ante los tribunales. Carla Fendi, del grupo familiar del mismo nombre, negaba rotundamente que las pasarelas de Milán dieran cobijo a tanta depravación. Beppe Modenese, el principal organizador de las pasarelas milanesas, declaraba con irritación al diario La Repubblica: "Este reportaje atufa a falso". La ira es tanta, que hasta el presidente de la región de Lombardía, Roberto Formigone, ha intervenido en la polémica denunciando un trabajo periodístico "que nace de la voluntad de erosionar el espacio de Milán en el mercado de la moda, de poner en guardia, de generar sospechas".

La televisión británica ha optado por el tradicional sistema de la cámara oculta para filmar escenas más que comprometidas en fiestas y salas privadas en las que corre la cocaína y el champaña como el agua y en las que se escuchan conversaciones escandalosas. Pero no todo lo filmado es material clandestino. Entre los personajes de la fauna particular que crece en torno a las pasarelas, como los acompañantes a sueldo y los gorilas encargados de la seguridad de las jovencísimas modelos, alguno se ha prestado encantado a posar para un falso fotógrafo, en realidad, el periodista Donald MacIntyre, autor del reportaje, y le ha relatado con todo lujo de detalles sus hazañas sexuales con las adolescentes. Es el caso del empleado de la famosísima agencia de modelos Elite, Daniele Bianco, de 32 años, que a la vista de las dimensiones del escándalo se confesaba después contrito en la prensa italiana. "Ha sido una cretinez decir que me había acostado con 325 chicas en diez años. La verdad es que sólo he tenido cinco novias, y todas formales".

Lo grave del asunto es que, en el reportaje de la BBC se acusa de abuso de menores a Gerald Marie, presidente para Europa de Elite, que organiza todos los años un concurso para elegir a la modelo del año. Marie fue filmado sin saberlo por una falsa modelo, Lisa Brinkworth, de 32 años, contratada por la televisión británica para el reportaje, a la que ofreció, al parecer, un millón de liras (85.000 pesetas) por una noche de sexo. De acuerdo con el relato de la Brinkworht, el director de Elite le explicó con gestos más que elocuentes la intimidad que le unía normalmente a todas las seleccionadas del concurso Elite Look of the Year.

Otro de los directivos de Elite salpicado por el escándalo es uno de los responsables de la casa en París, Xavier Moreau, que se ha visto obligado a disculparse por algunos comentarios hechos delante de la cámara. "Son frases que se usan en las conversaciones entre hombres...", ha precisado. Una confesión sorprendente para quien, como la directora de Vogue Italia, Franca Sozzani, asegura que es impensable que cosas como las denunciadas por la BBC "puedan ocurrir en una agencia tan seria. Marie lleva una de las mayores agencias del sector, es el ex marido de Linda Evangelista. En los niveles profesionales altos, estas cosas no suceden".

No es la primera vez que el mundo de la moda se ve sacudido por una polémica de este tipo. No hace mucho, Kate Moss, la modelo británica que se ha sometido recientemente a una cura de desintoxicación, confesó que sus hábitos excesivos los había adoptado en las pasarelas de Londres, París, Nueva York y Milán. En cuanto a las proposiciones deshonestas, ayer, una joven modelo retirada interrogada en relación con el reportaje de la BBC confesaba: "Claro que se reciben, pero, ¿donde está el problema? Basta decir no".