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Juan Pablo II doblega a la Iglesia alemana sobre el aborto

El pulso duraba ya dos años, y lo gana Roma. Los obispos alemanes acatan, por fin, las órdenes del Papa y abandonarán los centros de asesoramiento a mujeres que desean abortar. La Iglesia católica de ese país anunció ayer que cumplirá las requisitorias de Juan Pablo II retirándose definitivamente de la red estatal de consultorios, en los que, según sus datos, definitivamente no tenidos en cuenta por el Vaticano, cumplía con una eficaz labor pastoral al lograr que un 25% de las mujeres que acuden a sus consultas con la intención de abortar cambien de opinión y renuncien a interrupir el embarazo. El pasado viernes, la asociación de laicos Comité de Católicos Alemanes (ZDK) aprobó ocupar los puestos del clero en esos centros de asesoramiento si finalmente se producía la renuncia de los obispos. "La asesoría a mujeres que se plantean abortar es y debe ser vista como una labor pastoral", dijo Hans Joachim Meyer, presidente del ZDK, que calificó tal labor como "el mayor desafío al que debe hacer frente el catolicismo en Alemania" a causa de la oposición del Papa. Sin embargo, la iniciativa de los laicos tiene un futuro incierto, pues depende exclusivamente de donaciones.

La decisión de la Iglesia se hará efectiva a lo largo del próximo año, informó ayer la Conferencia Episcopal alemana reunida en asamblea plenaria en Würzburg, la primera que convocaba a los obispos tras los encuentros individuales mantenidos la semana pasada en el Vaticano con Juan Pablo II.

Antes de la visita a la Santa Sede, la mayor parte de los obispos, incluido el presidente de la Conferencia Episcopal, Karl Lehmann, estaba a favor de permanecer en la red estatal de centros de asesoramiento y, en junio pasado, habían decidido seguir en esa red añadiendo la siguiente coletilla al volante dispensado a las mujeres que acudían en busca de asesoramiento: "Este certificado de asesoramiento no es válido para la práctica de un aborto".

Equilibrismo

Pero ese ejercicio de equilibrismo realizado por la Iglesia alemana, siempre con la oposición de la minoría conservadora, se derrumbó después de que los juristas restaron validez a dicha coletilla, con el argumento de que el único requisito legal que se exije a la mujer, previamente al aborto legal, es demostrar que recibió asesoría en uno centro autorizado.

La red estatal está integrada por 1.700 centros, 254 de ellos gestionados por la Iglesia católica, que recibe por su trabajo un generoso apoyo económico del Estado. La resistencia de los obispos alemanes al Papa tiene que ver, por tanto, con razones morales (sus consejos contrarios al aborto son seguidos por un 25% de las mujeres que acuden a la consulta), y también económicas, ya que su desarrollo pastoral, en fortísima competencia con los protestantes, se financia entre otros ingresos, con los aportados por el Estado, que ahora perderían en parte. En Alemania hay 28 millones de protestantes y 27 millones de católicos.

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