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EL PROCESO DE PAZ

Arzalluz y Almunia coinciden en sus críticas al Gobierno por la parálisis del proceso de paz

Anabel Díez

El presidente del PNV, Xabier Arzalluz, y el secretario general del PSOE, Joaquín Almunia, coincidieron ayer en considerar parado el proceso de paz en el País Vasco y en criticar por ello al Gobierno de José María Aznar, pero no encontraron aspectos sustanciales coincidentes entre ambos y sus respectivas formaciones políticas. Arzalluz y Almunia, después de conversar durante dos horas y media en un restaurante de Madrid, recuperaron las buenas formas e incluso la sintonía personal, aunque no hay nada concreto que pueda indicar un frente común de los dos viejos partidos que ambos lideran, formaciones que durante muchos años habían trabajado juntas.Arzalluz señaló que durante la reunión no hubo grandes novedades, pero vaticinó que puede haberlas en el futuro, porque, según él, es más fácil hablar con Almunia que con Aznar, que es una roca que nunca le ha hecho caso. Menos optimista, Almunia precisó que "el diálogo es importante por más que las posiciones", recordó, "están muy alejadas y no las hemos aproximado". "Mientras el PNV siga fiel al Pacto de Estella, es improbable la colaboración política porque no compartimos en absoluto su estrategia que le mantiene ligado a Euskal Herritarrok". Las inequívocas palabras del líder del PSOE fueron pronunciadas con gran naturalidad y con tono distendido, lo que puso de manifiesto que a pesar de las discrepancias, ambos se habían sentido relajados durante el almuerzo que compartieron como fruto de la entrevista que Almunia había solicitado a Arzalluz el pasado verano.

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Desde el 25 de enero de 1998, en una cena en Bilbao, Arzalluz y Almunia no habían vuelto a tener un mano a mano. Durante muchos meses sus formaciones se han cruzado reproches mutuos y descalificaciones de grueso calado, sobre todo tras el abandono de los socialistas del Gobierno de Euskadi, cuando lo presidía el peneuvista José Antonio Ardanza. Entonces, en junio del año pasado, rompieron esta alianza con el PNV al intuir que el partido nacionalista estaba haciendo movimientos de aproximación hacia Herri Batasuna, que se concretaron posteriormente con el Pacto de Estella.

En este escenario de aparente reconciliación, el líder del PSOE acusó directamente por primera vez al Gobierno del PP de "no querer el consenso con los socialistas ni siquiera en este campo": el proceso de paz. "Pedimos al Gobierno que utilice la política penitenciaria de una manera consensuada", dijo Almunia. Tras su afirmación se escondía el hecho de que tanto él como Arzalluz discrepan de cómo está actuando La Moncloa en esta materia, si bien tampoco están de acuerdo entre ellos.

De la reunión de ayer se desprende que entre el PSOE y el PNV hay una significativa sintonía en el análisis de la situación del proceso de paz, que conduce a criticar duramente al Ejecutivo de Aznar, y, por parte de los socialistas, también a ETA. Pero Arzalluz y Almunia no coinciden en los remedios. "Los dos percibimos cierta parálisis, y aunque es verdad que no ha habido asesinados desde hace muchos meses, también es cierto que ha habido recientemente detenciones de dos miembros de ETA que estaban preparando una acción", dijo Almunia.

"Mi sensación y la de Arzalluz es que el proceso de paz no avanza, pero las diferencias estratégicas exigen de nosotros un esfuerzo para impulsarlo y, por nuestra parte, no podemos dejar la iniciativa a quienes no condenan la violencia", añadió el secretario general socialista en lo que es una posición clásica de su partido que no coincide exactamente con la del PNV.

"Nosotros teníamos con el PNV las relaciones muy maltrechas desde que el PSE salió del Gobierno y, por otro lado, el diálogo entre el PNV y el Gobierno de la nación transcurre en términos durísimos, por lo que vi la necesidad de actuar porque se nos podía imputar falta de valentía o desentimiento", explicó Almunia para razonar el porqué de esta cita. Pero para que no quedaran dudas, añadió: "Tenemos muchas diferencias y no las hemos aproximado".

Arzalluz, por su parte, mostró extrañeza por la expectación que había creado el almuerzo. "¿Pero qué país es éste?", se preguntaba el líder del PNV ante la afluencia de periodistas. "No ha habido grandes novedades, pero en el futuro las habrá", auguró después como única declaración de calado político.

"¿Se lleva usted mejor con Almunia o con Aznar?", se le preguntó. "A Almunia le conozco hace mucho tiempo, y con Aznar he hablado mucho, pero nunca me ha hecho mucho caso", respondió. El líder del PNV alternaba el castellano y el euskera y en esta última lengua afirmó que "Aznar está hecho un pedrusco". De sus palabras se deducía la queja de que La Moncloa no es permeable a las posiciones del PNV.

"¿Usted encuentra nervioso a Aznar", se le insistió. "Aznar", dijo Arzalluz, "no es precisamente un hombre nervioso, más bien tiene reacciones secundarias". "¿Y con el PSE se lleva peor o mejor que con el PSOE?". "Tenemos buena relación con Nicolás Redondo y los del PSE, pero el que manda es éste", dijo en referencia a Almunia.

Como colofón, los dos interlocutores bromearon respecto al excelente almuerzo que habían compartido a base de alcachofas, alubias, chuletas y cuajada. Fueron invitados por el propietario del restaurante.

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Sobre la firma

Anabel Díez
Es informadora política y parlamentaria en EL PAÍS desde hace tres décadas, con un paso previo en Radio El País. Es premio Carandell y Josefina Carabias a la cronista parlamentaria que otorgan el Senado y el Congreso, respectivamente. Es presidenta de Asociación de Periodistas Parlamentarios (APP).

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