_
_
_
_
_

Cuatro chicas, asesinadas de forma similar desde 1990

Son muy jóvenes y mujeres. A todas, una noche cualquiera, una acción brutal les arrebata la vida. Casi siempre se encuentran signos de violencia sexual. Desde 1990 cuatro chicas, incluida Virginia Acebes, han desparecido en circunstancias similares en Vizcaya. Las cuatro han sido asesinadas y en todos los casos los asesinos andan sueltos.Una semana después de que fuera vista por última vez, el pasado 5 de septiembre se encontró semienterrado, cerca de su domicilio de Zeberio, el cadáver de Laura Orue, de 21 años. Le habían despojado de sus pantalones y conservaba la ropa interior. La joven no tenía signos externos de violencia. A pesar del secreto del sumario decretado por la juez, se ha sabido que murió asfixiada con un plástico de envolver alimentos.

Más información
Hallado el cadáver de Virginia Acebes, con signos de violencia, en el monte Artxanda. La Ertzaintza considera que los autores del crimen trasladaron a la joven en coche hasta Artxanda

El 7 de enero de 1995, el cadáver desnudo y violado de Leticia Temiño, de 18 años, vecina de Portugalete, fue encontrado en un descampado de la localidad cántabra de Pontarrón de Guriezo, con las manos atadas con los cordones de los botines que calzaba. La noche lluviosa del 6 de enero Leticia se despedía de las vacaciones. Salió a dar una vuelta. Nunca regresó. La familia de Leticia ofreció una recompensa de 15 millones de pesetas, tras solicitar un crédito bancario, para quien pudiera ofrecer alguna pista. Sin embargo, el autor o autores del crimen parecen haberse desvanecido en el aire. El caso sigue sin resolver.

Antes que ella, el 4 de noviembre de 1990, un jardinero localizó muerta a Olga Casas, de 19 años, de Santurtzi. Estaba tumbada boca arriba envuelta en sangre y barro en el jardín de un colegio religioso de la localidad que imparte sólo clases a chicas. Sus pantalones se habían quedado enganchados por los zapatos en los tobillos. Eran su única vestimenta. Su muerte pudo ser ocasionada por una puñalada que presentaba en la parte izquierda de su cuello. Tenía golpes por todo el cuerpo. Su asesino o asesinos, como los de Laura y Leticia, y ahora el de Virginia, están en libertad.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
Suscríbete

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_