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Un estudio técnico juzga innecesario el desvío del río Cardener que lleva a cabo la Generalitat

El desvío del río Cardener que la Generalitat está llevando a cabo en Cardona podría ser una obra innecesaria. Un estudio de Joaquín del Valle, ingeniero y geólogo y principal asesor de las empresas de las minas de potasa españolas, considera que el problema de los hundimientos del lecho del río en Cardona, que ha afectado a las minas de sal, no se debe a la acción del agua dulce del Cardener sobre las capas superficiales de mineral salino, sino a una venida de agua en una galería de la mina Salinas, que la empresa Minas de Cardona, dependiente de Ercros, explota para obtener sal y que ha afectado al sustrato de carnalita, que se ha disuelto creando impresionantes agujeros en las minas.

Del Valle, a quien la Generalitat exigió que rectificara un primer informe en el que ya apuntaba esta posibilidad y que hizo público el Consejo Comarcal del Bages, no sólo cree innecesario el desvío del río, obra presupuestada en más de 1.000 millones y que se realiza por la vía de urgencia, sino que considera que se debe actuar con celeridad para reducir la acción del agua en la mina, que en caso de tormentas intensas podría causar un problema mayor que el actual. Tras ver el fenómeno de los agujeros, Del Valle opina que se puede descartar que el río sea su causa y añade que la única explicación del problema es que "se trate de una nueva vía de agua en la mina Salinas". El técnico cree que sería difícil explicar que una venida de agua en la clausurada mina de San Onofre haya cambiado súbitamente de comportamiento tras 13 años de estar cerrada.Para el ingeniero, "basta con aislar las labores de la mina del nivel freático de forma que no sea necesario el bombeo y pueda continuar la explotación con plena seguridad". También propone que "se tapone la galería donde se ha producido la vía de agua ahora, la de San Onofre, y el acceso de esta misma desde el exterior. Si no es así, del Valle plantea crear una pantalla impermeable en los limos y arenas finas del recubrimiento aislando las labores, de forma que no sea necesario el bombeo. "Si se consigue hacer desaparecer la depresión ocasionada por el bombeo y la nueva vía de agua, se recuperarán las condiciones de equilibrio de 1985", que hasta la fecha no habían ocasionado problemas, según Del Valle.

El ingeniero, que tiene 77 años y que hace 40 que mantiene una estrecha relación con las empresas que han explotado la cuenca potásica catalana, mantiene que "la nueva venida ha transformado el equilibrio" de relación entre el agua y la sal. Explica en su infome que "se ha intentado controlar la presencia de agua en la mina mediante bombeo", lo que ha ocasionado "un aumento de los caudales anteriores de evacuación y ha ampliado el área de influencia anterior, originando un fuerte flujo desde el río".

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