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Enfermeros de cetáceos

Para trabajar por el medio ambiente no basta la vocación. Hace falta además coordinación y formación. Conscientes de ello, una treintena de voluntarios andaluces asistió este fin de semana en Málaga al curso de primeros auxilios para especies marinas amenazadas, organizado por el Aula del Mar y la Consejería de Medio Ambiente. Distinguir las especies, saber qué cuidados dispensar a una tortuga herida o a qué organismo llamar cuando aparece un delfín varado en una playa fueron algunas de las cosas aprendidas por estos enfermeros de cetáceos."Al Aula del Mar llega mucha gente con inquietudes, pero sin organización y preparación los resultados no son los mismos", comenta Cristina Moreno, coordinadora de la Red de Voluntarios Ambientales del Litoral Andaluz, una estructura creada hace un año y que ya cuenta con unos 150 integrantes. Eladio Martínez, un prejubilado de Cádiz, es uno de ellos: "La gente va buscando dinero, dinero, dinero... Hay que pensar más en conservar el mundo que le vamos a dejar a nuestros hijos. Hay personas que creen que pierdo el tiempo, pero yo en mis ratos libres, en vez de irme al bar, me dedico a inculcar a jóvenes a que pongan su granito de arena ya no para salvar, sino para mantener lo que tenemos".

Como la iniciativa es modesta, en los cursos no participan todos los voluntarios. De cada provincia se apuntan tres o cuatro, que luego deben hacer de correa de transmisión de sus conocimientos. Moreno avanzó que el objetivo es duplicar el número de integrantes de la red, pero aclaró que "hay que ir paso a paso", porque el programa no tiene capacidad ni humana ni económica para avanzar demasiado de prisa.

Mientras la coordinadora explica la estrategia de trabajo, el biólogo José Luis Mons responde a las dudas de los alumnos. Se le nota en su salsa. Les explica que las tortugas no nadan con las patas delanteras, sino con las manos; que los sonidos que emiten los cetáceos hacen las veces de radar para facilitar su desplazamiento y complementar su visión y que más de 7.000 tortugas mueren cada año en el Mediterráneo atrapadas en las redes de pesca. Los voluntarios no asisten al curso por obligación; eso se advierte en la atención que prestan a cada palabra del profesor.

La red se creó a instancias del Aula del Mar. Esta cooperativa sugirió la idea a la Consejería de Medio Ambiente para dar una salida organizada y útil a la inquietud de numerosas personas sensibilizadas con la conservación del entorno y la administración andaluza avaló la iniciativa con recursos. La misión de los voluntarios no es sólo intervenir ante el varamiento de un animal. También participan en campañas de limpieza del litoral y en estudios de las zonas costeras. Moreno resume: "Son todas actividades orientadas a trabajar por la calidad ambiental del mar".

La red es el grupo más numeroso de todo el litoral mediterráneo y una experiencia pionera en Andalucía. Aglutina a gente de lo más variopinta: desde prejubilados e informáticos, hasta licenciados en Historia. "No hace falta tener carrera para participar en estas actividades, sino voluntad de trabajar por el medioambiente", se apresura a aclarar la coordinadora.

Nuria Almérigo, por ejemplo, es documentalista. Su formación y su trabajo no tienen nada que ver con el mar, pero asiste al curso para que sus esfuerzos como voluntaria tengan mejores resultados. "Es una colaboración pequeña... Málaga es una ciudad costera y con el Mediterráneo tan dañado, todos deberíamos un poco arrimar el hombro, por lo menos para que no empeore".

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