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Un estudio pone de relieve la discriminación laboral de los inmigrantes

Un estudio ha acabado de demostrar lo que era de dominio público: que los inmigrantes extracomunitarios sufren un trato discriminatorio en sus condiciones laborales. El informe, un trabajo pionero que se ha centrado sólo en el Baix Llobregat, pone de relieve que la discriminación afecta a todos los aspectos de la vida laboral de los extranjeros que proceden de los países del Tercer Mundo: salarios, promoción, jornadas y condiciones de trabajo, y advierte que si se perpetúa esta situación, el mundo laboral de los inmigrantes puede convertirse en un gueto.

El estudio realizado en el Baix Llobregat, comarca en la que viven y trabajan un elevado número de trabajadores extranjeros, tenía como objetivo analizar las situaciones de discriminación que sufren los trabajadores inmigrantes en sus puestos de trabajo. Su realización ha corrido a cargo del Centro de Estudios sobre Migraciones y Minorías Étnicas de la Universidad Autónoma de Barcelona, bajo la dirección de Carlota Solé, por encargo de CCOO y la Fundación Jaume Bofill.Pese a que el estudio no presenta datos cuantitativos sobre la situación de los trabajadores extranjeros, los resultados son concluyentes: la discriminación afecta a todos los ámbitos de la vida laboral de los inmigrantes extracomunitarios, generalmente procedentes del Magreb. La más evidente es que estos trabajadores acaban siendo relegados a ocupar las peores condiciones de la jerarquía laboral.

Otro factor discriminatorio puesto de relieve por el estudio es que los inmigrantes son discriminados en sus actitudes y aptitudes. Los directivos lo niegan y aseguran que las posibilidades de promoción dependen de su capacidad y la movilidad geográfica.

No obstante, los autores del estudio aseguran haber encontrado muchos casos de trabajadores magrebíes que llevan a cabo un trabajo más o menos adecuado a su base formativa o a sus aptitudes profesionales, pero con una categoría que no se corresponde. Un trabajador extranjero en esta situación lo explicaba así: "Me consideran oficialmente un peón para pagar menos en el contrato, pero mis servicios son de oficial".

Distribución diferencial

La diferenciación no es baladí. "A partir de aquí queda abierta la puerta a la justificación del porqué de una distribución diferencial entre autóctonos y extracomunitarios en cuanto a la percepción de ingresos", indica el estudio. Una diferencia que en el caso de los trabajadores marroquíes entrevistados se sitúa entre las 30.000 y las 40.000 pesetas mensuales.

La lista de agravios es más larga. Los inmigrantes también suelen realizar aquellos desplazamientos más lejanos y pesados y, en ocasiones, sin recibir contrapartida económica. También acaparan las horas extras, generalmente no remuneradas, y en ocasiones trabajan en días festivos cobrando lo mismo que en un laborable. Son los primeros en ser reclamados para realizar las tareas más duras.

El estudio refleja que esta situación no es fruto tanto de prejuicios étnicos como de las estrategias instrumentalistas de buena parte de los sectores que determinan la estructura de la demanda de la fuerza de trabajo y, en esto, añade, tiene que ver mucho el marco legal y las políticas inmigratorias.

Dada la precariedad de las condiciones laborales, el inmgirante ve constantemente en peligro la regularidad de su situación legal. La precarización condiciona los procesos de creación del gueto y segregación en el interior de la propia empresa. Esta segregación reproduce la precarización en las condiciones laborales. Esta dinámica aleja a los trabajadores extracomunitarios "de los flujos de información y conocimiento que pueden ponerlos en contacto con las personas e instituciones que podrían procurar su normalización legal". La situación precaria que sufren contribuye a desestructurar su poder social de negociación y su capacidad reivindicativa.

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