Ángel Corella lamenta que en España le hayan dicho que no tiene interés cultural
El bailarín madrileño participará en la gala de apertura del Covent Garden de Londres
El bailarín Ángel Corella (Colmenar Viejo, Madrid, 1975) inaugura la temporada del Metropolitan de Nueva York desde hace cinco años, una tarea que sólo se encarga a las más selectas figuras de la danza. Este año, además, participará el primer fin de semana de diciembre en la gran gala que abrirá el Covent Garden de Londres, cerrado desde hace seis años, en la que también intervendrá Plácido Domingo. Sin embargo, afirma que en la Comunidad de Madrid han rechazado un espectáculo que quiere presentar por toda España, porque "no es de interés cultural".
Ángel Corella se ha dejado perilla. Dice que es para disimular los granitos que le han salido por culpa del maquillaje que usa para salir a escena y por el estrés que sufre en Nueva York. Corella emigró a la ciudad de los rascacielos hace cinco años para ingresar en las filas del American Ballet Theatre, una de las más prestigiosas compañías de ballet clásico de todo el mundo. En esa formación ostenta, casi desde que llegó, la categoría de primer bailarín, el mismo rango que Julio Bocca y José Carreño, otros bailarines de origen hispano que también han llegado a lo más alto en la danza. "Creo que es casualidad que de pronto sea el momento de los latinos en la danza. A lo mejor tiene algo que ver el carácter o la sangre latina", dice el joven artista.Ángel Corella intervendrá en la gala londinense en compañía de la bailarina de origen italiano Viviane Durante. La pieza elegida para esta actuación, que se retransmitirá a todo el mundo por televisión, es Romeo y Julieta, una de las preferidas de este bailarín que comenzó su carrera profesional junto a Víctor Ullate. Sin embargo, Corella no tiene reparos en reconocer que posiblemente sea de los pocos bailarines capaces de interpretar todos los títulos del repertorio clásico. "Hay que ser muy inteligente para convertirte en un príncipe cuando tu apariencia no lo es", reconce.
Actuación en Madrid
Tras la gala del Covent Garden, Corella permanecerá hasta febrero en la capital británica como estrella invitada del Royal Ballet. Pero entremedias se ha reservado dos días, el 22 y el 23 de diciembre, para actuar en el Palacio de Deportes de Madrid, junto a otros bailarines del American Ballet Theatre, en una iniciativa privada a la que ha llamado Estrellas del ballet americano. Se trata de una idea del propio Corella en la que intervienen otras nueve figuras de la compañía norteamericana. La pasada semana este grupo debutó en Canarias. "Lo que me interesa en estos momentos es hacer galas por toda España. Es la única manera de que se me conozca en mi país. He bailado como bailarín invitado en todas las grandes compañías del mundo. Pero en España, no. Quiero traer un espectáculo en el que la gente vea buen baile", expone el artista madrileño.Cuando trataba de vender este espectáculo a cargos públicos de la Administración española (no quiere dar nombres), Corella recibió como respuesta una desagradable declaración: "Me han llegado a decir que no soy de interés cultural. Después de haber salido dos veces en la portada del New York Times. Pero creo que pronto van a cambiar las cosas".
"Creo que en España debería haber una compañía nacional dedicada al ballet clásico. Todos los países la tienen. Pero yo no culparía a Nacho Duato de su falta. Él ha hecho lo mejor que puede hacer. Y, por supuesto, yo también aceptaría dirigir la compañía nacional si me lo ofrecieran", declara Corella, mientras le fotografían en la plaza de Oriente madrileña.
Aquí, en su ciudad, nadie repara en su presencia. En cambio, en Nueva York le paran continuamente. Incluso le aplauden cuando anda por la calle. Una foto en la que posaba vestido de marinero ha decorado cabinas de teléfonos y los autobuses de la ciudad norteamericana, en la que ya ha comprado un piso en la zona de Broadway.
"Sé que ahora es mi momento, pero dentro de poco será el de otro", reconoce el artista, al que se ha calificado como el mejor bailarín en la actualidad. "El mejor bailarín es el que es honesto consigo mismo. Me han dicho muchas veces que soy el mejor, pero para otros será Bocca o Carreño. Lo importante es que se llene un teatro de 3.000 asientos para verte".
A Corella no le gusta dar los nombres que él considera grandes figuras de la danza. Tampoco se compromete a la hora de citar sus ballets preferidos. Ni siquiera se atreve a valorar sus condiciones como bailarín. "No sé por qué he brillado más que otros. Cuando sales al escenario, lo importante no es cuántas piruetas das o cuánto saltas. Lo importante es la conexión con los espectadores. Puedes estar quieto en el escenario y cautivar al público. En eso nos diferenciamos los bailarines de los gimnastas", expone Corella.
"Con 24 años, lo he hecho todo. He bailado en casi todas las compañías, con casi todos los coreógrafos y en casi todos los grandes teatros. Y he tenido pocas malas críticas", confiesa Corella, que a continuación, y con media sonrisa, añade: "Las peores las he tenido en España. Incluso en alguna ocasión ni se me ha hecho crítica". Sin embargo, está abierto a volver a su país para dedicarse a la formación de profesionales.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.