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Pujol afronta el debate de investidura sin contar aún con los votos suficientes para su reelección

Francesc Valls

Jordi Pujol sólo tiene seguros los 56 votos de su grupo parlamentario para ser investido por sexta vez presidente de la Generalitat. El pleno del Parlamento catalán escuchará hoy las razones de Pujol para ser reelegido, mientras continúan las negociaciones de Convergència i Unió (CiU) con PP y Esquerra Republicana de Catalunya (ERC) para que el candidato logre mayoría absoluta (68 votos) en la primera votación, que se celebrará mañana. Por el momento, todo está en el aire. Ni el PP, el partido más proclive al acuerdo con CiU, quiso garantizar ayer su apoyo al candidato.

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En la mañana de ayer se vivió el, por el momento, último acto de esta negociación política que Convergència i Unió mantiene a dos bandas, con populares y republicanos. Pere Esteve, secretario general de CDC, y Josep Antoni Duran Lleida, líder de Unió, mantuvieron una entrevista de tres cuartos de hora con el presidente regional del PP catalán, Alberto Fernández Díaz, y con el secretario general de ese partido, Rafael Luna. La delegación del PP entregó a la de CiU un documento bastante general, pero, sobre todo, la reunión evidenció que los gestos realizados hasta ahora por la coalición nacionalista son claramente insuficientes, a juicio de los populares.La proclamación realizada anteayer por CiU en el sentido de que no va a apoyar la reforma del Estatuto de Autonomía era condición necesaria pero no suficiente para conseguir el apoyo de un PP que hizo de la defensa del marco constitucional y estatutario su principal bandera durante la pasada campaña autonómica. Los populares catalanes se han sentido maltratados y ninguneados, según confesión de sus dirigentes, durante todo el proceso negociador. Las heridas políticas van a tardar en cicatrizar más de lo previsto. El propio presidente del Gobierno, José María Aznar, se quejó el pasado sábado desde Honduras del trato que CiU ha dispensado hasta ahora al PP.

Primar a Esquerra

A esta tesis se sumaron ayer tanto el portavoz del Gobierno, Josep Piqué, como el propio Alberto Fernández. El primero aseguró que veía "muy difícil" un voto afirmativo a la investidura de Pujol, aunque inmediatamente dejó una puerta abierta: "Si al final las cosas se corrigen no hay que darle más vueltas". Más duro fue Alberto Fernández, quien dijo que en caso de que CiU se centre en el "nacionalismo excluyente de ERC, el pacto sería imposible". El presidente regional del PP culpó a la coalición nacionalista de estar sumida en la "desorientación y la incertumbre".Los populares tienen muy presente que CiU se ha acordado de ellos en la recta final de la negociación, después de que la coalición nacionalista ha primado con gestos y escenificación el intento de acuerdo con Esquerra Republicana, de la que, por otra parte, únicamente espera obtener la abstención. El propio Duran Lleida hizo el pasado sábado una rectificación: "Pido disculpas al PP si se le ha podido ofender en alguna ocasión".

Del discurso de investidura que hoy pronunciará Pujol -que intentará contentar a tirios y troyanos, a PP y a ERC- depende en buena medida la decisión de los populares. La predisposición del PP ha sido históricamente buena. En plena campaña electoral, el secretario de Organización del partido, Pío García Escudero, sentenció: "Si realmente el presidente Pujol necesita los votos del PP para la investidura, el partido lo apoyaría". Y siguiendo a pies juntillas la propuesta emanada de la sede madrileña del PP, desde CiU se ha dado por seguro el voto afirmativo de los populares a la investidura de Jordi Pujol.

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En la otra banda negociadora, Esquerra Republicana juzgó ayer inconcreta la propuesta que se les ha formulado desde CiU. Josep Huguet, vicesecretario general de ERC, consideró difícil que en la sesión que probablemente mantendrán hoy convergentes y republicanos pueda cerrarse un acuerdo.

"No nos movemos del no", agregó Huguet, y si hoy no hay unas contrapropuestas claras será difícil la abstención de Esquerra, en opinión del citado dirigente republicano.

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