Los consejos de Caja Pamplona y Caja Navarra aprueban la fusión por unanimidad

La Caja de Ahorros y Monte de Piedad de Navarra nacerá jurídicamente el 3 de enero. La entidad gestionará un billón de pesetas en recursos ajenos y se sitúa en el puesto decimotercero del escalafón español de cajas. Los consejos de administración de Caja de Ahorros de Navarra (CAN) y Caja Pamplona (CAMP) aprobaron ayer por unanimidad los términos de la fórmula de unificación: fusión por absorción. La fórmula permitirá al Gobierno foral controlar con mayoría absoluta el Consejo de Administración de la nueva entidad.

El presidente del Gobierno foral y de la CAN, Miguel Sanz, fue el encargado, junto a la alcaldesa de Pamplona, Yolanda Barcina, presidenta de Caja Pamplona, de dar cuenta del resultado final de un proceso de fusión diseñado por la consultora Bain y el bufete Alonso Ureba, Bauzá y Asociados. Ambos mostraron su satisfacción por el resultado de las votaciones de sus respectivos consejos y recordaron que la futura Caja Navarra mantendrá el actual nivel de empleo (1.237 trabajadores) y el número de sucursales (270).Sanz manifestó que la caja resultante será un poderoso instrumento de autogobierno para la comunidad foral, atendiendo a los 430.000 clientes que ya suman en la actualidad las dos entidades, que suponen entre el 40% y el 45% del mercado financiero total de la región. Ambas cajan tienen en la actualidad 60.000 clientes comunes. Los nuevos estatutos diseñan un Consejo de Administración de veinte miembros que encabezará el presidente del Gobierno navarro con el alcalde (en este caso alcaldesa) de Pamplona como vicepresidente. Todos los consejeros del Gobierno serán miembros natos del mismo, al igual que al menos tres ediles de la capital. El resto de las vocalías se adscribirán a grupos de interés social y económico, impositores y trabajadores.

Nuevos órganos

Los estatutos prevén la creación de órganos de gobierno inexistentes hasta ahora en las cajas navarras, como la comisión ejecutiva o la comisión de control. Además, se creará una corporación industrial y una fundación destinada a la gestión de la obra social. La aceptación de los términos de la fusión se produjo tras una reunión conjunta de ambos consejos de administración celebrada en el propio Palacio de Navarra, en la que se dieron a conocer los detalles técnicos y jurídicos. Luego ambos consejos se reunieron por separado para votar.

En todo el proceso el Gobierno foral ha mantenido el carácter paccionado con el Estado de los estatutos de Caja Navarra, que permite blindar a la institución contra los intentos de democratización de sus órganos rectores que puedan emanar desde el Parlamento navarro, a pesar de las competencias plenas que da el Amejoramiento.