Los compañeros de colegio del rey

Al igual que hizo su padre, el fallecido Hassan II, el nuevo soberano de Marruecos se está rodeando desde el comienzo de su reinado de consejeros de su absoluta confianza. En la misma tradición, Mohamed VI también ha colocado a un estrecho colaborador en el Ministerio del Interior, el mejor observatorio para estar al tanto de los asuntos del país. Pero ha preferido contar con hombres de su misma generación, que aún no han cumplido los 40 años, para formar su equipo de asesores. Varios antiguos compañeros de clase del príncipe heredero en el Colegio Real de Rabat han comenzado así a ocupar parcelas de poder, mientras el monarca alauí se desprende sin vacilaciones de ministros que parecían inamovibles.El nombramiento de Fuad Alí el Himma como secretario de Estado de Interior, tras la fulminante destitución de Dris Basri, marca la voluntad de Mohamed VI de no permanecer al margen de lo que sucede en un ministerio que controla las fuerzas de seguridad y las administraciones locales.

Entre sus antiguos condiscípulos en el Colegio Real, El Himma presenta aparentemente el mayor perfil político, ya que ocupó cargos locales y parlamentarios antes de ser designado jefe de gabinete del príncipe heredero. Otros dos ex compañeros de clase del rey se situaban ya dentro de su equipo de consejeros desde el momento de su entronización, el pasado julio. Uno -Rochdi Chraibi, jefe de la secretaría particular del monarca- trabaja en la sombra en el palacio real, y otro -Hassan Aurid, director de comunicación- actúa como su portavoz oficial. De estos tres antiguos alumnos del Colegio Real, donde se ingresa no tanto por la extracción social como por la brillantez de los estudiantes que van a compartir pupitre con los príncipes marroquíes, sólo Aurid permanecía alejado del círculo del príncipe.

Entretanto, Marruecos parece haber recibido sin grandes sobresaltos la salida del poder de quien fue durante más de 20 años el primer policía del reino. La prensa marroquí, vinculada en su mayoría a los partidos políticos, expresó su satisfacción por la caída de Basri, que durante la década de los ochenta controló estrechamente a los medios de comunicación desde la cartera de Información. Para Libération, órgano de expresión de los socialistas, Basri mantenía una política "autoritaria y arcaica", incompatible con "una vida política democrática, pluralista y moderna".

Desde medios informativos del partido nacionalista Istiqlal se acusaba también ayer al exministro de pasadas manipulaciones electorales. En un último golpe de efecto autoritario, el traspaso de poderes entre el destituido Dris Basri y el nuevo ministro de Interior, Ahmed Midaui, se produjo la misma noche del martes de forma semiclandestina, sin que los periodistas pudieran acceder a la sede del ministerio. Sólo la televisión pública difundió imágenes del acto.