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Un concierto reúne en Barcelona a tres divas de la música africana, bereber y quechua

Miriam Makeba, Luzmila Carpio y Houria Aïchi abren la programación del Auditori

Las músicas del mundo siguen ganando enteros en nuestro país. Un interés en constante ascenso, que esta noche se verá recompensado con una reunión de excepción: tres divas incontestables de la música con raíces unirán sus voces y sus experiencias en Barcelona para conmemorar el 50º aniversario de la Declaración de los Derechos Humanos. La surafricana Miriam Makeba, la argelina Houria Aïchi y la boliviana Luzmila Carpio inaugurarán esta noche (20.30) la programación propia del Auditorio de Barcelona con sus cantos africanos, bereberes y quechuas.

Tres generaciones, tres culturas y tres modos de entender la música, unidos por la lucha a favor de los derechos humanos y la defensa de las culturas en extinción. Miriam Makeba ha sido, a lo largo de 30 años, la voz que clamaba contra el apartheid surafricano y otras dictaduras de países vecinos. Houria Aïchi ha conseguido desde Francia que el mundo entero conociera la cultura bereber y muy especialmente el papel de la mujer en este contexto. Y Luzmila Carpio lleva más de veinte años batallando para que la cultura quechua no se extinga en las montañas de Bolivia bajo el peso de culturas externas, como la española o la anglófila.

Tres estilos

Las tres comparten objetivos, pero en el terreno artístico sus propuestas están muy distanciadas. Makeba, la más popular de las tres cantantes, conjuga en su repertorio desde cantos tradicionales hasta melodías pop, siempre con un toque rítmico descaradamente africano. Houria Aïchi centra su trabajo en los cantos populares de las mujeres bereberes, aunque para esta nueva visita barcelonesa se centrará en un repertorio religioso argelino. Finalmente, Carpio, la única que nunca ha actuado en Barcelona, es la representante más reputada de la música de los indios quechua, comunidad de la que procede."La música siempre viene de la tradición", explicó la cantante boliviana durante la rueda de prensa que ofrecieron ayer las tres divas. "Los indios quechuas buscamos las melodías en las cascadas, la lluvia, el cielo... Amamos y respetamos la naturaleza, creemos en ella". En su actuación de esta noche, Carpio incluirá, al lado de las canciones tradicionales aprendidas de su madre y de su abuela -"la tradición oral es la única existente entre los quechuas", comentó-, una canción en castellano en que pide al resto del mundo que se les permita continuar desarrollando su cultura milenaria.

Aïchi, por su parte, explicó su evolución personal, que le ha llevado de la cultura bereber a la Universidad en París y, una vez decidida a seguir viviendo en Occidente, al reencuentro con la música de su pueblo. "La manera de seguir fiel a mis ancestros era recuperar el canto que había aprendido de las mujeres de mi comunidad y ofrecérselo al mundo".

En los últimos años, Aïchi se ha convertido en una de las más importantes defensoras y propagadoras de su cultura. "Cantar canciones bereberes en los cuatro rincones del mundo ha ayudado a que nuestra cultura, antes marginada, tenga ahora algo de universal". A pesar de ello, su último disco y su actuación de hoy están centrados en la música religiosa. "Me pregunté si era posible cantar un islam de reconciliación y de paz, y encontré la respuesta en las canciones de expresión religiosa de mi país".

Mamá África

Miriam Makeba, Mama Africa a sus 67 años, volvió a pedir, con palabras cansadas pero contundentes, ayuda para consolidar todo lo ganado en Suráfrica en estos últimos tiempos. "La mayoría de los surafricanos ha luchado para conseguir la coexistencia y cada día rezo para que las cosas, como mínimo, no empeoren". Makeba salió de Suráfrica en 1956 y no pudo regresar a su país hasta la llegada al Gobierno de su amigo Nelson Mandela.Sobre el perpetuo compromiso social de sus canciones, Makeba afirmó: "Mis canciones hablan del pueblo que me rodea, sin mentiras. Mi música surge de las vivencias de mi gente y durante muchos años no han sido alegres. Cuando yo nací, a los negros no se nos permitía tener posesiones ni vivir siempre en el mismo sitio. Ahora, las cosas han cambiado, pero es necesario seguir luchando contra el apartheid".Las diferentes vivencias de estas tres cantantes se cruzaron por primera vez en 1997 en Bruselas, gracias a Yehudi Menuhin, que unió sus voces -junto a las de la iraní Marzieh, la israelí Noa, la española Esperanza Fernández y la china Yang Du Tso- bajo el lema Voces para la paz.

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