Los presupuestos del 2000 sólo incluyen la quinta parte de las inversiones previstas para la B-30

El Ministerio de Fomento anunció hace unos días que la ampliación de las calzadas laterales de la B-30 y la supresión de los semáforos que entorpecen el tráfico, con un presupuesto global de 10.600 millones de pesetas, estarán listas en un plazo de dos años. Sin embargo, los presupuestos del Estado para el año 2000 no prevén esta inversión. La cantidad asignada apenas alcanza la quinta parte de la misma: 1.900 millones de pesetas. Asimismo, el presupuesto del 2000 no incluye ni una sola peseta para otra de las grandes obras de Cataluña, la estación de la Sagrera.

Fomento tiene previsto invertir el próximo año 1.900 millones de pesetas en la B-30, una cifra muy lejana a la anunciada. Esta cantidad está comprometida en el convenio firmado en otoño de 1998, que incluyó una rebaja en algunos peajes a cambio de la prolongación de las concesiones de la autopista A-7, que explota ACESA. Pero el calendario de las obras, según fuentes socialistas, cuestiona también el plazo de dos años anunciado por el ministerio.Fomento tiene previsto invertir 2.000 millones de pesetas más en el año 2001 y dejar para el año 2002 la mayor parte de la cantidad comprometida, 5.000 millones, y otros 1.000 millones para el 2003.

Un portavoz del ministerio admitió ayer que las cifras son correctas, si bien precisó que las primeras cantidades son "estimativas". La intención, explicó, es licitar las obras en el 2000 y terminarlas a finales del 2002 o principios del 2003, de modo, dijo "que en estos momentos las cantidades son aproximadas, pero se dispone de mecanismos para incrementarlas si fuese necesario".

Estas obras se refieren exclusivamente a la mejora de las calzadas laterales y la supresión de los semáforos de la B-30, que discurren paralelas a la autopista A-7 en el tramo desdoblado entre Mollet y El Papiol. Un tramo para el que las fuerzas económicas y sociales, así como los ayuntamientos del área metropolitana de Barcelona han reclamado reiteradamente la gratuidad. Una petición que cuenta con el respaldo del PP de Cataluña, que confiaba en lograrla antes de las elecciones generales de la próxima primavera.

La diputada socialista Mercedes Aroz expresó ayer su perplejidad ante las cifras previstas por Fomento, que cuenta con el apoyo de CiU en el Congreso de los Diputados. Aroz añadió que las obras de la B-30 tenían 700 millones presupuestados para 1999 y que no le consta que se hubiera gastado ni una sola peseta. El grupo parlamentario socialista ha presentado una enmienda en la que propone que la cantidad a invertir en la B-30 en el año 2000 sea de 1.000 millones más de los previstos, aunque el PSC no es demasiado optimista respecto a contar con el apoyo de Convergència en este asunto.

Sin fondos para la B-40

Los presupuestos del Estado del 2000 incluyen otras sorpresas, en palabras de Mercedes Aroz. Así, la B-40, el cuarto cinturón que debería desviar parte del tráfico pesado entre Sant Celoni y Abrera, no tiene prevista cantidad alguna, lo que ha impulsado al PSC a reclamar 1.000 millones para ello.

Pero la ausencia más notable es la de partidas destinadas a la estación de la Sagrera. El Ayuntamiento de Barcelona ha repetido hasta la saciedad que se trata de una obra que no puede ser separada del trazado del AVE entre Madrid, Barcelona y la frontera francesa, y que la fecha de entrada en funcionamiento debe ser, necesariamente, el 2004, para lo que el proyecto debe ponerse en marcha con carácter inmediato. Pese a ello, la diputada socialista resalta que los presupuestos no prevén partida alguna al respecto, lo que induce al PSC a pensar que la indefinición que ha mantenido el ministro Rafael Arias-Salgado al respecto amaga la voluntad de que no sea así.

Los socialistas tratarán de que se aprueba una enmienda presupuestaria en la que se reclama una partida inicial de 1.000 millones para la Sagrera, además de otros 2.000 millones para el transporte metropolitano de Barcelona y 450 millones para arreglar la situación de las vías de Renfe en su entrada a Barcelona sobre el puente de Barcelona.

Las enmiendas del PSC sobre infraestructuras suman un total de 13.339 millones a añadir a los previstos por los presupuestos, a los que habría que agregar otros 2.500 millones para vivienda y 2.700 millones para obras hidráulicas y costas.