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FÚTBOL INTERNACIONAL

Las jugosas deudas de Pelé

Los gobiernos militares de Brasil espiaban y pagaban las deudas del astro para evitar que se fuera con la izquierda

Juan Arias

Si la historia de Pelé como jugador, con sus 1.200 goles marcados, sus tres Mundiales conquistados con Brasil y dos Copas Intercontinentales con el Santos es indiscutible, lo es menos su historia como ex jugador, según aparece en unos documentos secretos de la época de la dictadura militar de Brasil y publicados ayer por el diario Folha de São Paulo. Según los informes hechos públicos por el periódico (el de mayor tirada América Latina), Pelé fue al mismo tiempo espiado y ayudado económicamente por el régimen militar para evitar que se convirtiera en la bandera de la izquierda.Los documentos revelados van desde 1964 a 1985 y estaban en poder de un ex miembro del Gobierno de entonces. Según dichos informes, la Confederación Brasileña de Deportes (CBD), presidida entonces por João Havelange -después presidente de la FIFA durante 19 años-, desviaba fuertes cantidades de dinero para ayudar a Pelé en la quiebra financiera de sus empresas a finales de los años 60. Fue en aquel momento cuando Havelange hizo un acuerdo secreto con Pelé según el cual la CBD iría enjugando sus deudas a cambio de que él le ayudase a conquistar la presidencia de la FIFA. Havelange se comprometía también a ser su agente secreto en su carrera publicitaria ante las multinacionales Pepsi y Adidas y a aproximar al jugador al Gobierno estadounidense, cuyo secretario de Estado por entonces era Henry Kissinger, hombre de gran influencia en el mundo del fútbol.

Al mismo tiempo, los gobiernos militares ayudaban a la CBD a pagar los agujeros financieros ocasionados por la ayuda que Havelange daba a Pelé, desviando fondos del capítulo de "presupuestos sociales".

"Donación" de 800 millones

Todo para evitar que Pelé y Havelange pudieran pasarse a la izquierda y ser usados por los guerrilleros de la revolución. Así, los militares permitieron en 1965 que se le hiciera al jugador una primera donación de unos 800 millones de pesetas de hoy. En 1969, Havelange volvió a asumir unas deudas de Pelé de 18 millones de pesetas. En 1970, cuando Pelé conquistó el tricampeonato mundial para Brasil declaraba a Hacienda unas ganancias anuales de tres millones y medio de pesetas, mientras según los documentos publicados ganaba 350 veces más. Investigado por Hacienda, otra vez en 1972, Havelange pagó el 30% de sus deudas a cambio de su apoyo a su campaña electoral para la FIFA.En 1974, ya durante el Gobierno de Ernesto Geisel (74-79), cuando Pelé fue a jugar al Cosmos de Nueva York, el mismo Gobierno pensó en abrir una investigación contra Pelé y Havelange. El motivo era la sospecha que las autoridades tenían de que Havelange estaba usando los fondos de la CBD por un total de 320.000 dólares para ayudar a Pelé. Según un informe enviado al presidente Geisel por el almirante Nunes en enero de 1975, el agujero de la CBD durante la gestión de Havelange llegó a ser de 18,5 millones de dólares (unos 3.000 millones de pesetas), según valores de hoy.

Ya en 1973 algunos diputados habían pedido que se abriera una comisión de investigación para estudiar las maniobras de Pelé y Havelange, pero al final el Gobierno desistió, ante el temor de que aquel escándalo pudiera dañar la imagen de Brasil en el mundo y empujar a los dos personajes a acercarse a la izquierda.

La Folha de São Paulo publica también trozos de la correspondencia entre Havelange y los directores de Coca Cola y Pepsi, en los que les sugería que utilizaran la imagen de Pelé para vender mejor sus productos. Los informes demuestran también que los argumentos dados por Pelé para no jugar el Mundial de Alemania en 1974 - "me he dado cuenta de los males que la dictadura ha ocasionado a mi país"- fueron falsos. La realidad, según los documentos publicados por el diario, es que Pelé, apoyado por Havelange, se había convertido ya en gran empresario. El diario publica declaraciones de Pelé del dos de septiembre de 1971 en las que afirmaba que Brasil era "un país liberal, el país de la felicidad". Y añadía: "Sobre la dictadura no puedo hablar porque es algo que no existe. Nosotros somos libres".

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