Guerreros del verso

Este cuarteto de habaneros en tránsito con escalas en París y Madrid sintetiza el esfuerzo de los jóvenes cubanos por añadir a su ancestral posesión del ritmo el influjo de otras músicas venidas del exterior. Músicas como el rap, que dan a sus creadores la posibilidad de decir muchas cosas, aparte de constituir ya señas de identidad para los jóvenes de todo el mundol. Flaco, Yotyel, Ruzzo y Roldán son los nombres de estos guerreros del verso, cuya épica tampoco carece de envés lírico cargado de plasma caribeño. Esta fusión, fundamentalmente, resulta siempre alegre y sensual, aunque también rica en contenidos, lo que ya es mucho decir. Da, además, unas tremendas ganas de bailar a tiempo caliente. El respetable que acudió a su llamada venía con las letras bien aprendidas, con lo que el encuentro tuvo todos los ingredientes del éxito. Hubo, eso sí, a quien le sorprendía la precariedad de instrumentos y músicos-ejecutantes sobre el escenario. Solo un percusionista marcaba contrapuntos al ritmo programado, mientras un D.J. dibujaba recortes con el scratch de sus discos de vinilo. Al frente y mostrando sus dotes para evolucionar con gracia y al ritmo por las tablas, el cuarteto desenvolvió los temas de su disco de debú, A lo cubano, y las hizo volar una a una. Alguna de ellas, como Orishas llegó, tienen madera de single comercial y la gente cantó los estribillos con ganas, mostrando que el grupo ya ha calado y que, si la maquinaria de promoción funciona correctamente, la cosa promete ir a más.