El Parlamento regula la transmisión indivisa del caserío guipuzcoano
La costumbre secular arraigada en el mundo rural de Guipúzcoa de que los padres transmitan el caserío a uno de sus hijos y no a todos para que la explotación pueda seguir adelante sin riesgo de extinción tendrá rango de ley.La comisión especial creada en el Parlamento vasco para tratar este aspecto del Fuero Civil de Guipúzcoa aprobó ayer un dictamen que reconoce la vigencia de esta costumbre sobre la ordenación del caserío y del patrimonio familiar en Guipúzcoa y la incluye en la Ley Foral Civil vasca, aprobada por la Cámara en octubre de 1992.
El dictamen contó con la unanimidad de los grupos, una vez que el Partido Popular retiró la enmienda que había presentado. Ahora tan sólo resta que el pleno del Parlamento lo refrende en una de sus sesiones.
Así, la Cámara regula una cuestión que las Juntas Generales de Guipúzcoa ya han aprobado y que en todo caso es de aplicación voluntaria. Los dueños de un caserío podrán acogerse a esta ley para legar a uno de sus hijos la propiedad o acudir al derecho común, que obliga a repartir el inmueble entre todos los herederos.
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