Aznar anuncia un plan de infraestructuras de 19 billones a cinco meses de las elecciones
El presidente del Gobierno, José María Aznar, aprovechó ayer su visita a Riba-Roja (Comunidad Valenciana) para reiterar su promesa de que en la próxima campaña electoral pedirá el voto sólo para permanecer otros cuatro años en el poder. Pero antes, por la mañana, en la Feria de Muestras de Valencia, anunció, a cinco meses de los comicios y detallando poco los proyectos, un monumental plan de infraestructuras que supondrá una inversión de 19 billones de pesetas hasta el año 2007.
Ante una nutrida representación de la patronal valenciana, el presidente del Gobierno pronunció en la Feria de Muestras una nueva versión de su discurso sobre los retos a los que se enfrenta España para ser una de las mejores naciones del mundo. Tras reclamarle el presidente de esa patronal que resolviese "la deuda histórica" con esa comunidad con la realización del tren de alta velocidad, Aznar le reprendió "cariñosamente" por calificar en esos términos lo que él considera un "error lamentable" de los anteriores Gobiernos al no hacer un AVE que sería rentable no sólo para esa comunidad sino para toda España. Prometió que ahora sí se hará y advirtió de que no parará en todos sitios porque eso sería un "tranvía".Sobre el plan de infraestructuras, que supondrá un desembolso de 19 billones de pesetas, comentó que abarcará la finalización de la red de carreteras de gran capacidad; la disposición de una red ferroviaria de alta velocidad; la plena incorporación de la sociedad a las tecnologías de la información; la modernización de los puertos y aeropuertos; la finalización de la red eléctrica y de gasoductos y una serie de ambiciosas promesas medioambientales.
Horas antes, ante la Comisión Interministerial de Ciencia y Tecnología, Aznar anunció un millonario plan de fomento de inversiones en investigación y desarrollo (I+D) que se aplicará entre los años 2000 y 2003. El presidente anticipó que los Presupuestos del Estado para el próximo ejercicio incluyen medio billón de pesetas destinadas a I+D.
Buñuelos y dominó
Aznar regresó anoche a La Moncloa "con las pilas absolutamente llenas" para afrontar la inminente, larga, dura y más que probablemente sucia campaña electoral. Y eligió para recargarlas un baño de multitudes, con paseo, inauguración, buñuelos y partida de dominó, en un pequeño pueblo del cinturón rojo de Valencia donde no solía gobernar el PP. Fue un homenaje para Riba-Roja y para él.Aznar hizo vivir ayer una jornada "histórica" a la localidad valenciana, de apenas 12.000 habitantes, situada en una comarca tradicionalmente socialista y controlada hasta hace poco por los máximos dirigentes del PSPV-PSOE. Ahora la gobierna Francisco Tarazona Zaragoza, un campechano regidor que le confesó a Aznar en público, con bastantes nervios en el estómago, que ayer fue "el hombre más feliz del mundo".
Aznar confesó que necesitaba apoyo de sus bases para encarar la próxima campaña electoral, teóricamente la última como candidato a la presidencia del Gobierno.
Su discurso en la inauguración de la reducida sede local del PP, en pleno centro de Riba-Roja, lo aprovechó para esbozar su estrategia. Quiere que el PP se abra lo más posible para sumar más votos. Reveló que ya no cree "en las definiciones clásicas de partidos rígidos, con ideologías rígidas, sino en personas inteligentes, que den a un proyecto estabilidad".
Fue en ese contexto cuando comentó que la legislatura actual se agotará hasta marzo y cuando tranquilizó a los valencianos allí presentes con que no les iba a "fastidiar las fallas", que concluyen el día 19 de ese mes. Ese dato hizo exclamar a Eduardo Zaplana, presidente de la Comunidad Valenciana, que había que tachar esa fecha. Sólo quedan el 12 o el 5 de marzo, fecha por la que apuestan la mayoría de los dirigentes del PP.
Por último, Aznar adelantó en Riba-Roja que pedirá el voto para "estar cuatro años más" en La Moncloa. "Y luego que vengan otros para tirar adelante".
Por otra parte, el ministro portavoz, Josep Piqué, defendió la campaña sobre las pensiones elaborada por el PP para confrontar las realizaciones del Gobierno de Aznar con los supuestos fracasos de los Gabinetes de Felipe González. Y lo hizo aventurando que ni siquiera los vídeos encargados por el PP, en los que son tan protagonistas los máximos líderes sindicales como los propios dirigentes de ese partido, podrán afectar el diálogo establecido por el Ejecutivo con los sindicatos. Piqué aseguró que ese tipo de "métodos comparativos" son "completamente aceptables" y respaldó el uso de secuencias en el vídeo de los líderes sindicales, Antonio Gutiérrez (CCOO) y Cándido Méndez (UGT), con su idea de que son "imágenes que van más allá de los propios protagonistas, porque son públicas".
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