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Los ecologistas critican el trasvase Júcar-Vinalopó porque el Tajo-Segura ya sirve para enviar el agua

A lo largo de todo el verano, la Confederación Hidrográfica del Júcar (CHJ) ha estado enviando con carácter de urgencia 5,5 hectómetros cúbicos de agua para paliar la sequía de las comarcas de L"Alacantí y la Marina Baixa. Para el envío se utilizó una fórmula inusual, el trasvase Tajo-Segura. Ahora, cuando está a punto de darse vía libre a la construcción del trasvase Júcar-Vinalopó, que costará 33.000 millones de pesetas, los ecologistas se cuestionan la necesidad de hacer una nueva obra de gran impacto ambiental y enorme coste económico si ya funciona una ruta alternativa.

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Ante todo, los grupos ecologistas discrepan de que la solución para paliar los problemas de agua de Alicante pase por enviar agua desde el Júcar, que a su juicio ya está bastante castigado. Unos recursos que son muy necesarios para la cuenca y hasta para el parque natural de L"Albufera. Por ello, en Acció Ecologista Agró, en la Asociación para la Defensa de la Naturaleza de Enguera (Adene), en la Plataforma Ecologista de la Canal y en Ecologistas en Acción -una macroorganización conservacionista de implantación nacional- apuestan por una mejor utilización de las reservas hídricas disponibles en el Vinalpó, mediante medidas de ahorro y optimización de los abastecimientos y sistemas de riego.Pero después de negar la mayor, ya entran a discutir el mecanismo ideado para trasladar ese agua: ¿Si realmente hay que enviar 80 hectómetros cúbicos a Alicante, por qué no se usa el trasvase Tajo-Segura, como ya se ha hecho este verano? Bajo este prisma, el agua sería la misma, del Júcar, aunque partiría del embalse de Alarcón, kilómetros arriba de Cortes. Se ahorrarían 33.000 millones de pesetas y todos los previsibles impactos ambientales que producirá una infraestructura de 67,8 kilómetros de longitud.

Que se va a enviar agua del Júcar a esas comarcas alicantinas es un hecho consolidado normativamente y consumado a lo largo del verano. El Plan Hidrológico del Júcar ya contempla desde julio de 1998 que se puedan destinar hasta 80 hectómetros cúbicos anuales de agua "para paliar la sobreexplotación y el déficit de abastecimiento en el Vinalopó-Alacantí y la Marina Baja". Esta dotación hídrica dependerá de que las obras para ahorrar y mejorar el riego en el Júcar permitan redestinar esas reservas. Y para enviarlas se preveía construir el Júcar-Vinalopó, cuyo trazado se está decidiendo ahora. Pero la sequía forzó a buscar una solución de urgencia.

Consejo de Ministros

De esta forma, fue en mayo pasado cuando la CHJ logró que el Consejo de Ministros aprobara un real decreto-ley por el que se modificaba la norma que regula el régimen económico de explotación del trasvase Tajo-Segura. Esta decisión permitía, por primera vez desde la construcción del famoso trasvase, en 1980, utilizarlo para enviar agua del Júcar, y no del Tajo, desde el embalse de Alarcón hasta el Segura. Una vez allí, mediante los canales de la Mancomunidad del Taibilla, recorrería L"Alacantí. Y desde Alicante, a través del nuevo acueducto Taibilla-Amadorio, que deposita el agua en el embalse del Amadorio, los recursos llegarían finalmente al Consorcio de Aguas de la Marina Baixa.

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Así se cambió la ley, así se acordó el envío urgente durante el verano de 5,5 hectómetros cúbicos y así se hizo a razón de 1,3 hectómetros mensuales. Durante todo el verano se palió el déficit de poblaciones como Benidorm, Altea, la Vila-joiosa, Callosa d"En Sarriá, L"Alfás del Pi, La Nucia y Finestrat.

Consultado por este diario, José Manuel Aragonés, presidente de la CHJ y, por este cargo, también de Aguas del Júcar, SA (Ajusa), la empresa creada por el Ministerio del Medio Ambiente para construir infraestructuras en la cuenca, reconoció que el trasvase Tajo-Segura sí que serviría para enviar agua a L"Alacantí y a la Marina Baixa, como ya se hizo este verano, pero no al alto y medio Vinalopó. Y a no ser que se bombeara agua a esta comarca, no se paliarían los problemas de agua de Villena, Aspe o Novelda, zonas con importantes cultivos, como la uva de mesa.

Sin embargo, y con esta acotación, los ecologistas consideran que la obra no se puede vender como imprescindible para tres comarcas. También creen que si se envía el agua por el Tajo-Segura a las dos comarcas litorales, el Vinalopó podría gestionar mejor sus recursos. Y, en todo caso, piensan que 33.000 millones para las uvas de Villena es mucha inversión.

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