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La magia del Cirque du Soleil inicia una gira por España con su nuevo espectáculo

Madrid, Barcelona, Valencia y Bilbao acogerán "Quidam" durante los próximos meses

Los que conozcan el canadiense Cirque du Soleil entenderán que se califique este fenómeno escénico de mágico y único. Vinieron el pasado año por primera vez a España con su espectáculo Alegría. Mañana inician una nueva gira, en Madrid, con su último producto, Quidam. Aseguran que es algo nuevo, al tiempo que hay cabida para lo que se espera de este circo insólito y perfeccionista: trapecistas, música, payasos, acróbatas, vestuario y maquillaje extravagante. Se trata de un mundo que sólo parece existir dentro de las páginas de la literatura fantástica.

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Todo lo que toca el Cirque de Soleil pasa por un espíritu perfeccionista que a veces raya con la neurosis. Una actitud que, unida a sus cuidadosas campañas promocionales y sus elaboradas técnicas de mercadotecnia y patrocinio, a veces provoca que uno se cuestione si esos afanes manieristas no robarán algo tan necesario para el género circense como la espontaneidad, el humor o la ternura. Pero lo cierto es que estas dudas se mantienen como auténticas certezas hasta que uno se acomoda en la butaca a la que ha accedido tras desembolsar entre 3.900 y 7.900 pesetas. Una butaca bajo una de las tres carpas de este circo (el Gran Chapiteau), de 50 metros de diámetro y bajo la que caben 2.500 espectadores. Es sólo a partir de ese momento que la cosa empieza a valer la pena. Hasta entonces todo parece emanar de un impresionante y presionante estudio de mercado, con métodos de seducción muy estadounidenses, muy alejados de los europeos, similares a los que se pueden encontrar en las factorías de Disney.De cualquier modo, Quidam llega a España con unas inmejorables cartas de referencia. Las que consiguió el Cirque du Soleil cuando visitó Madrid y Barcelona en la primavera de 1998 con su espectáculo Alegría, cuyos creadores son los mismos de Quidam, con Franco Dragone, el director, al frente.

El nuevo fenómeno escénico, que ya ha sido visto hasta la fecha por 3,5 millones de personas, ofrece, por un lado, todo tipo de novedades, al tiempo que repite la exitosa fórmula de estos canadienses que han conseguido repartirse por medio mundo triunfando con sus producciones circenses.

El título Quidam se ha escogido de una palabra francesa utilizada para designar a un paseante anónimo. Sobre el escenario intervienen 52 artistas, de edades comprendidas entre los 12 y los 49 años y de nacionalidades de los cinco continentes. En esta ocasión, la escenografía cuenta con un teleférico de 40 metros que mueve a artistas y decorados dentro, fuera y sobre el escenario. La carpa se ha instalado en Madrid en las inmediaciones del estadio Vicente Calderón.

En las últimas semanas también se ha realizado una selección para escoger a un total de 720 jóvenes que se han incorporado al circo realizando distintas tareas, aunque en todas ellas se ha valorado especialmente el conocimiento del inglés y de lenguas autonómicas, como el catalán o el euskera. Estos jóvenes colaborarán en toda la gira que el Cirque du Soleil va a realizar por territorio español, ya que después de Madrid tiene previsto actuar en Barcelona, Valencia y Bilbao. No obstante, aún no están claras las fechas, ya que se prevén prórrogas, como la que ya se ha decidido en Madrid, donde el espectáculo se prolongará más allá del 21 de noviembre, fecha inicialmente prevista como final de sus actuaciones en la capital.

Tras su periplo por España, Quidam continuará su gira por Europa hasta el año 2002, recorriendo 24 ciudades de ocho países, a los que van a acudir con su ciudad sobre ruedas, que cubre un área de 20.000 metros cuadrados y que utiliza para su transporte 52 trailers con 92 toneladas de equipo. Una ciudad poseedora de instalaciones y comodidades que ya querrían en muchas poblaciones. Taquillas, cocinas atendidas por seis cocineros, cómodos camerinos, oficinas...

Pero los verdaderos protagonistas son los acróbatas eslavos, las contorsionistas orientales, los gimnastas alemanes, la trapecista sueca Fatima Ingrid Hedman, cuatro chinas que hacen maravillas con el diábolo, los equilibristas Jecsmen, Carmita Lorador y Olga Pikhiendo, los payasos Macloma o los músicos y cantantes que interpretan la música realizada para Quidam por Benoit Jutras.

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