El Frente Amplio confía en que su triunfo de ayer lleve a la izquierda a la presidencia de Uruguay
El candidato del Encuentro Progresista-Frente Amplio, Tabaré Vázquez, se impuso ayer, según los primeros sondeos a pie de urna, en la primera vuelta de las elecciones presidenciales uruguayas. Los mismos datos daban como segundo a Jorge Batlle, del Partido Colorado, quien disputará el sillón presidencial a Vázquez. Desde primeras horas de la mañana numerosos vehículos con la bandera roja, azul y blanca del Frente Amplio recorrían ayer las calles de Montevideo haciendo sonar sus cláxones, en lo que parecía ser el presagio de la anunciada victoria.
Un sondeo realizado por la agencia Factum daba al candidato del Frente el 39% de los votos. En segundo lugar quedaría el Partido Colorado, con el 32% y en tercer lugar el Partido Nacional o Blanco, cuyo candidato es Luis Alberto Lacalle, con el 22%."Nadie tiene el derecho de torcer la voluntad de la gente", declaró nada más conocer los primeros resultados no oficiales Tabaré Vázquez en un mensaje grabado dirigido al país. "La disyuntiva ahora es entre el cambio y el continuismo de una política que ha fracasado", señaló en referencia al candidato al que deberá enfrentarse en la segunda vuelta. "Somos gradualistas en todo menos en la lucha contra la marginalidad, la pobreza y la deshonestidad", añadió.
La alegría se desbordó anoche en las calles de Montevideo. No en vano Blancos y colorados se han repartido el poder en el país desde las primeras elecciones directas en 1922. De confirmarse la victoria de Vázquez, los uruguayos habrán dado la espalda al bipartidismo, que resultó herido de muerte en las anteriores elecciones de 1994, cuando la lista del Frente Amplio quedó en tercera posición, a 30.000 votos, de la candidatura vencedora del presidente saliente, Julio María Sanguinetti (Partido Colorado).
Sin embargo, los partidarios de Vázquez deberán aguardar hasta el 28 de noviembre, fecha para la que está convocada la segunda vuelta de los comicios, en la que Vázquez se enfrentará con Batlle. Lo que pueda ocurrir en la ronda definitiva es una incógnita. Por lógica, los dos grandes partidos de centroderecha deberían hacer piña para cerrar el paso a la coalición de izquierda. La suma de los votos colorados y blancos bordea el 49%, mientras que el Frente Amplio más los votos de la cuarta fuerza en discordia, Nuevo Espacio (NE), del senador socialdemócrata Rafael Michelini, apenas supera el 42%, según las encuestas. Pero el caudillismo de los dos partidos tradicionales y las rencillas personales entre Batlle y Lacalle podrían provocar significativas fugas de votos, estiman diversos analistas, que favorecerían un vuelco histórico en el escenario político uruguayo: el primer triunfo electoral de la izquierda.
Más de 2,4 millones de uruguayos estaban habilitados para votar en los comicios, que registraron una alta participación. A la 8 de la mañana, cuando abrieron las puertas los colegios electorales, ya había largas colas de votantes. No votar implica una multa de 190 pesos (unas 3.000 pesetas).
Además del presidente y vicepresidente de la República, estaban en juego en estas elecciones los 31 puestos de senadores y 99 de diputados del Parlamento, los 95 miembros de la Juntas Electorales. Asimismo, se plebiscitaron dos reformas constitucionales que requieren más del 50% de los sufragios: la independencia económica del Poder Judicial y la prohibición a los directivos de entes autónomos y servicios descentralizados del Estado de presentarse a cargos electivos durante los cuatro años posteriores a su abandono el cargo.
Durante el fin de semana, unos 20.000 uruguayos residentes en Argentina cruzaron el Río de la Plata para votar en su país, ya que la ley no permite los sufragios en el extranjero. Varios buques repletos llegaron a Montevideo procedentes de Buenos Aires. Las tres principales fuerzas políticas uruguayas han abierto oficinas en la capital argentina para dar todo tipo de facilidades y ofertas de viaje para el ejercicio del voto. Estas son las elecciones con una mayor carga ideológica de las celebradas en Uruguay, porque por primera vez una fuerza de izquierda está en condiciones de llegar a la Presidencia. Colorados y blancos se han esforzado en apelar al voto del miedo ante el "peligro marxista". El Frente Amplio es hoy una coalición heterógenea en la que conviven desde socialdemócratas a antiguos guerrilleros tupamaros, pasando por una amalgama de partidos de izquierda, socialista y comunista incluidos.
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