Decenas de víctimas en el bombardeo ruso sobre un puente por el que huían refugiados
Cincuenta muertos y decenas de heridos causaron ayer las bombas rusas que cayeron sobre la gente que trataba de huir de la guerra desencadenada por el Kremlin en Chechenia, según refugiados que lograron pasar a Ingushetia e informaciones provenientes de Grozni. La "operación antiterrorista", como llaman los rusos a los bombardeos indiscriminados del territorio checheno, ya se ha cobrado miles de vidas de civiles, según las autoridades de la república norcaucásica rebelde, pero Moscú se niega a reconocer la muerte de civiles y permanece indiferente ante las últimas tragedias.
La nueva matanza sucedió poco después del mediodía, hora española, cuando aviones rusos lanzaron sus bombas contra un puente sobre el río Sunzha, cerca de la aldea Shaamí-Yurt, en la carretera Rostov-Bakú.Las bombas cayeron sobre una caravana de vehículos -un camión, un autobús y varios coches- con civiles que trataban de escapar de la guerra. Los heridos fueron trasladados a los hospitales de los pueblos vecinos, según informaron por radio desde Shaamí-Yurt a la presidencia chechena. La tragedia fue confirmada por un pequeño grupo de personas que logró pasar a la vecina república de Ingushetia, a pesar de que los soldados rusos no abrieron ayer, como habían prometido, un corredor para que pudieran salir los refugiados.
El presidente checheno Aslán Masjádov, afirma en una carta enviada anteayer a Juan Pablo II que 3.625 chechenos han perecido y más de 5.000 han sido heridos desde el pasado 5 de septiembre, cuando Rusia comenzó los bombardeos contra la república norcaucásica rebelde.
Masjádov, después de comprobar que los líderes musulmanes le han dado "la espalda", se decidió a escribir al Papa para pedirle que interceda con el fin de evitar un "nuevo genocidio".
"Daños colaterales"
Sólo en los últimos diez días los "daños colaterales" de la aviación y artillería rusas ha causado la muerte de más de 400 personas. Las principales matanzas ocurrieron el pasado día 21, cuando un misil dio de lleno en el mercado de Grozni, y el pasado miércoles, durante el bombardeo del centro de la capital chechena, que según los últimos recuentos hechos por las autoridades del país dejó más de 200 muertos.
Entre esas víctimas mortales se encuentra un conocido periodista checheno: Upián Apendíyev. Herido de gravedad durante el bombardeo del pasado día 27, Upián, que era corresponsal de los periódicos El Obrero de Grozni e Ichkeria falleció ayer por la mañana.
Los bombardeos indiscriminados y la muerte de la población civil han causado preocupación en Europa y EE UU, y sus dirigentes en más de una ocasión han transmitido a Rusia esta inquietud y le han pedido que comience negociaciones para encontrar una solución política a la crisis caucásica.
Moscú, sin embargo, oye sólo lo que desea oír. Lo demuestran las últimas declaraciones del primer ministro de Rusia, Vladímir Putin, y de otros dirigentes rusos. En respuesta al llamamiento hecho anteayer por el presidente estadounidense, Bill Clinton, para que Rusia "deje de combatir y comience a negociar", Putin declaró ayer que, según entendía, el jefe de Estado de EEUU "no expresó preocupación por la duras medidas" que las autoridades rusas están tomando con respecto a "los terroristas" en Chechenia.
"Al contrario, según Clinton, la comunidad internacional apoya la dureza en la lucha contra el terrorismo", afirmó Putin, quien agregó: "Agradezco a Clinton su apoyo".
Este diálogo de sordos fue continuado ayer durante la visita del secretario de Estado adjunto estadounidense, Strobe Talbott, quien discutió el tema checheno con el ministro de Exteriores, Ígor Ivanov. En Moscú, las autoridades interpretaron las declaraciones de Talbott como un apoyo a la "operación antiterrorista" en Chechenia.
Es verdad que Talbott dijo que "Rusia se ha enfrentado a una amenaza muy peligrosa, el extremismo y el terrorismo" y que "tiene el derecho y la obligación de defender su Estado y a sus ciudadanos". Pero no es menos cierto que mostró su preocupación por las víctimas de civiles en Chechenia y llamó a hacer uso "cuanto antes de la vía política para garantizar la estabilidad en el Cáucaso del Norte".
Hay que reconocer que no sólo Putin y el Gobierno han puesto un signo de igualdad entre "terrorista" y "partidario de la independencia de Chechenia". Toda la élite política rusa apoya la intervención militar en la república separatista, incluidos los partidos liberales, como Yábloko u Opción Democrática de Rusia, que se opusieron categóricamente a la guerra pasada, finalizada en 1996 con una humillante derrota de Moscú. Mijaíl Gorbachov, el ex presidente de la desaparecida Unión Soviética, acaba de prestar su apoyo a la campaña militar. Los chechenos "deben someterse o ser derrotados", declaró.
Periodistas detenidos
Mientras tanto, seguían detenidos ayer los dos periodistas extranjeros apresados el jueves por los militares cuando trataban de ingresar en territorio de Chechenia. Se trata de Anthony Loyd, corresponsal de guerra del diario The Times, de Londres, y de un fotógrafo freelance estadounidense.
El ministerio de Exteriores de Rusia explicó que no había motivos políticos detrás de la detención de ambos periodistas, y que el problema consistía en que tenían visado de turistas y no de corresponsales de prensa, además de no poseer la acreditación ante el Centro Ruso de Información -organizado por los militares- que se necesita para poder viajar a la zona. Ambos periodistas se encuentran retenidos en Ingushetia.
Por otra parte, Moscú desmintió que la ONU enviará una misión a Chechenia y explicó que el acuerdo es que la misión visite Ingushetia y Daguestán para evaluar la situación y determinar en el lugar qué clase de ayuda humanitaria necesitan allí.
[Fuentes militares oficiosas rusas dijeron que los guerrilleros chechenos estaban enterrando bidones de napalm y posiblemente gas venenoso como parte de una defensa circular de Grozni, informa la agencia Efe.
En Moscú, medios políticos manifestaron que los guerrilleros probablemente defenderían su capital y después tratarían de huir hacia los macizos montañosos del sur, como ya ocurrió en 1994-96, y advirtieron de que eso podría "eternizar" la guerra].
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.