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Védrine justifica la visita de Jatamí por las necesidades del comercio exterior

Las críticas a la excepcional acogida que las autoridades francesas están dispensando al presidente de Irán, Mohamed Jatamí, arreciaron ayer hasta obligar al ministro de Exteriores, Hubert Védrine, a defenderse en la Asamblea. Frente a la acusación de practicar "la diplomacia de los negocios", el "cinismo comercial" y de "sacrificar los derechos humanos en el altar de los intereses económicos y políticos", Védrine optó por las consideraciones pragmáticas, sin dejar de negar la mayor. "No veo qué quiere decir esa acusación de cinismo en un país en el que un tercio de los asalariados trabajan para la exportación, y tampoco veo por qué la democracia va a avanzar más rápido en los países que compran más Boeing que Airbus", indicó el jefe de la diplomacia francesa.La alusión a los aviones era perfectamente recurrente porque, al hilo de la visita, el ministro iraní de Transporte, Mahmud Hoyatí, anunció precisamente ayer la compra de cuatro aviones Airbus A330. También el grupo Alstom ha podido cerrar ahora el contrato de venta a Irán de un centenar de locomotoras diesel-eléctricas por valor de 192 millones de euros, que venía negociando desde años atrás. La presencia de las compañías petroleras francesas en Irán da cuenta igualmente del gran interés de París en la colaboración económica con Irán.

Sin discurso ante la Unesco

Además de mostrar un talante "aperturista", extremo que debía de quedar fijado en el discurso en la Unesco, suspendido ayer nuevamente por motivos de seguridad, la visita de Jatamí tiene un marcado signo económico, puesto de manifiesto en el encuentro que la delegación iraní, con su presidente a la cabeza, mantuvo ayer con la patronal francesa. Irán busca la cooperación económica europea para liberarse del monocultivo del petróleo y dar el gran salto adelante previsto en su plan quinquenal.

Las extraordinarias medidas de seguridad responden no sólo al temor de un atentado, sino al propósito de evitar que cualquier incidente protagonizado por la comunidad de opositores iraníes sea utilizada por los sectores conservadores del régimen ante las próximas legislativas. En estas circunstancias, la presencia de Jatamí incrementa en la sociedad francesa el gusto amargo por la acogida dispensada al líder chino, Jiang Zemin. "El presidente de la República le ha ofrecido su cama a Jiang Zemin y ha hecho de nuestro país una prostituta. Ésta es una semana penosa para los derechos humanos", clamó el dirigente verde, Noël Mamère. [Ayer mismo se supo de la ejecución en Irán de cinco personas, tres afganos por tráfico de drogas y dos iraníes por el asesinato y violación de un niño.

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