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La oposición apabulla por primera vez a Rabanera y le obliga a construir el museo donde estaba previsto

El debate sobre el traslado del Museo de Vitoria se zanjó ayer con una apabullante derrota del gobierno foral alavés, la primera desde que el PP tomó el poder en la institución. Los cinco partidos de la oposición se unieron para obligar a la Diputación a construir el edificio tal y como estaba previsto, en la antigua estación de autobuses. El equipo de Ramón Rabanera, por tanto, debe seguir adelante con el proyecto. El alcalde de Vitoria, Alfonso Alonso, aseguró que el aparcamiento subterráneo está a punto para que la semana próxima comiencen las obras de la pinacoteca.

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Además de ser la primera, la derrota del Partido Popular y su socio de gobierno, Unidad Alavesa, se produjo con estrépito. El pleno de las Juntas Generales partió con una moción presentada por el PNV, EA y el PSE donde se exigía a la Diputación que ejecute el proyecto contratado por el anterior gobierno foral el pasado 10 de julio. Hasta ahí se intuía una derrota del ejecutivo, pero el debate desembocó en toda una goleada. Euskal Herritarrok e Izquierda Unida, que habían presentado enmiendas a la moción, vieron cómo los otros tres partidos se las aceptaban, de modo que la votación fue contundente: 31 procuradores a favor (toda la oposición en bloque), ninguno en contra y la abstención de los 17 junteros que reunieron el PP y UA.El texto aprobado al final no sólo obliga al gobierno foral a construir el Museo de Arte Contemporáneo como se preveía, sino que además solicita que se encargue un plan de gestión para organizar la pinacoteca a modo de "centro activo" y de "espacio de interrelación entre el artista y el ciudadano". También se exige "que la titularidad y la gestión sea totalmente pública y que los puestos de trabajo que genere sean públicos, estables y de calidad".

El debate de las Juntas fue unidireccional porque el gobierno renunció al derecho de defender en la cámara provincial su postura de trasladar el museo a otra parcela del centro de Vitoria. Para ese menester envió a Miguel Ángel Gómez de Arteche, un recién llegado esta legislatura y que se estrenaba en sus intervenciones públicas. Más tarde, Rabanera justificó esta designación: "Hemos visto que era una muerte anunciada y no se iba a atender a razones técnicas. No había forma de convencer a otros grupos".

Obligación

El propio diputado general explicó tras el pleno el porqué de la abstención del PP: "No queríamos que se interpretara que no queremos hacer un museo. Sí pensamos que el proyecto no reúne las condiciones; no queríamos este museo. Pero mi obligación es respetar la voluntad de las Juntas Generales".

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Rabanera criticó a la oposición por negarse a aceptar su propuesta e interpretó que los demás partidos actuaron "más para castigar la minoría del gobierno y debilitarlo que para respetar la voluntad de los ciudadanos". En un sentido parecido se expresó durante el debate el portavoz de EH, Iñaki Ullibarri, quien subrayó: "Es la primera derrota del PP, pero seguramente no será la última. Esperamos que esta situación se traslade a otros ámbitos".

Confirmada su derrota, la Diputación Foral entiende que ya no es necesario ofrecer concreciones sobre su alternativa de ubicación. "No, para qué vamos a detallar la alternativa si la decisión está ya tomada. Me voy entristecido", comentó Rabanera.

Al cerrarse el debate, a la Diputación sólo le queda ejecutar el proyecto. El inicio de las obras está supeditado al final de los trabajos previos en el subsuelo de la antigua estación de autobuses, encargados por el Ayuntamiento. Allí se ubicará un aparcamiento con 800 plazas. En principio, debió terminarse para finales de agosto, pero diversos problemas técnicos obligaron a retrasar la entrega de la obra dos meses. El alcalde, el popular Alfonso Alonso, aseguró ayer que se cumplirán los nuevos plazos. "Está todo preparado para que puedan empezar las obras. No vamos a poner pegas ni habrá problemas con la licencia para la semana que viene", anunció.

Alonso admitió que el Ayuntamiento tenía "un compromiso muy difícil de cumplir" y sugirió una opinión personal: "Aunque se diga que va a empezar el 2 de noviembre, son declaraciones voluntaristas. Imagino que los técnicos tendrán que ir primero a mirar cómo pueden trabajar", comentó.

En cambio, las dos empresas adjudicatarias, Lagunketa y Dragados, llevan varias semanas con todos los preparativos dispuestos para poder comenzar los trabajos. La construcción del museo se adjudicó en 2.545 millones de pesetas y el plazo de ejecución es de 20 meses, de modo que el edificio, proyectado por el arquitecto foral José Luis Catón, tendrá que estar terminado para julio del año 2001.

La declaración aprobada ayer deja la puerta abierta a posibles modificaciones futuras del proyecto, como respuesta a las advertencias del PP en el sentido de que el museo ofrece problemas de seguridad y de espacio. El mandato de las Juntas especifica que se asumirán los "costos económicos" de esas variaciones, aunque se niega a que supongan retrasos en los plazos de inicio y ejecución de la obra.

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