El precio de las torpezas

El gobierno foral alavés ha conseguido, de manera involuntaria y contraproducente para sí mismo, unir a cinco grupos tan dispares como PNV, PSE, EH, EA e Izquierda Unida. Rara vez coincidirán en una votación relevante estos partidos. Pero ayer sí. Todos compartieron la sensación de "torpeza" ofrecida por el equipo de Ramón Rabanera.La oposición censuró los métodos utilizados por la Diputación, que esperó a plantear el debate sobre el museo hasta mediados de octubre, casi tres meses después de la investidura de Rabanera como diputado general y a sólo dos semanas de la fecha prevista para el comienzo de las obras.Además, los junteros criticaron al ejecutivo foral por lanzar una alternativa llena de indefiniciones -sólo ha dicho que quería trasladar el museo a una parcela cercana al de Bellas Artes y que pretendía un concurso internacional, sin más detalles- y por no hacerlo directamente, sino por medio de goteos y filtraciones en la prensa. "Cuando ha tocado defender su postura en esta tribuna, no han querido", se lamentó el socialista Juan Carlos Prieto al no ver a ningún miembro del equipo de gobierno en el estrado. Prieto aprovechó para advertir al PP de "que a partir de ahora a nadie más se le ocurra enredar".

El debate estuvo salpicado de advertencias al equipo e Rabanera sobre su situación de minoría, incluida una frase irónica del peneuvista Mikel Martínez: "Espero ver pronto al diputado general colocar la primera piedra de este edificio". Otros atacaron al fondo de los argumentos del PP, que apostaba por un "museo emblemático". Iñaki Ullibarri, de EH, calificó la propuesta de "medicina para el aldeanismo crónico de algunos".

Para el ex diputado de Cultura Mikel Mintegi (EA), el resultado del debate fue digno de calificarlo como "un día histórico", puesto que el proyecto del museo, impulsado por él, ya no tiene marcha atrás.