_
_
_
_
GUERRA EN EL CÁUCASO

Moscú organiza una desastrosa visita guiada a las 'zonas liberadas'

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

El recientemente creado Ministerio de Información ruso organizó hace unos días un viaje a Daguestán y los territorios liberados en las últimas semanas al norte del río Terek. Lo que allí vieron los periodistas estuvo muy lejos de lo que habían preparado los mandos rusos. El general Guennadi Troshev, jefe de las fuerzas del Este del Cáucaso, invitó a los informadores a hablar con los habitantes de Shelkovskaya y a comprobar que esta gente consideraba a los rusos como sus libertadores.Algunos testimonios iban en esa dirección, y condenaban a los bandidos de Shamil Basáyev y el saudí Jatab. Otros, denunciaban bombardeos rusos indiscriminados con víctimas civiles, guardaban luto por familiares muertos en el ataque a un autobús, se quejaban de las restricciones de movimientos, aseguraban que los repartos de alimentos habían sido simbólicos y destinados a las cámaras de televisión, y expresaban su deseo de que el Ejército ruso se fuese de Chechenia.

Más información
El Ejército ruso reconoce haber realizado una "operación especial" en Grozni

El organizado periplo de dos días resultó contraproducente para los intereses rusos. Pese a su aislamiento, y a que no hay allí ni ley ni orden ni nada que se parezca a un Estado que funcione, Chechenia aparece como la víctima de este conflicto. En definitiva, está ganando en el exterior la batalla de la información.

Eso sí, con ayuda rusa. El jueves, mientras Putin y su ministro de Exteriores, Ígor Ivanov, insistían en que no se combate contra un pueblo, sino contra bandas de criminales, los misiles caían en el centro de Grozni y causaban una matanza. Como antes en Urús Martán, Elistanzhí o un autobús de refugiados. En ningún caso, han resultado creíbles los desmentidos rusos. Demasiados daños colaterales. Demasiada torpeza en un Ejército que no es ya ni la sombra de lo que fue.

Esas mismas fueron las bases que protagonizaron la anterior guerra de Chechenia (1994-1996) y las que cimentaron la derrota del Ejército ruso contra unidades guerrilleras.

Conocer lo que pasa fuera, es entender lo que pasará dentro, no te pierdas nada.
SIGUE LEYENDO

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_