Zaplana elude definir su modelo aunque sugiere la coexistencia de fórmulas en la gestión sanitaria

Ni fórmula Alzira ni fundaciones públicas sanitarias, sino todas a la vez. El presidente de la Generalitat, Eduardo Zaplana, eludió ayer definirse por un modelo de gestión sanitaria aunque sugirió la posibilidad de aplicar un sistema "mixto" para superar el actual, que tachó de "anquilosado" e "ineficaz". El dirigente popular apuntó hacia un modelo en el que convivan la gestión privada y titularidad pública que aplica el Hospital de la Ribera con los sistemas de fundaciones sanitarias por los que apuesta el Ministerio de Sanidad en el territorio Insalud.

Zaplana se mantuvo ayer fiel a la línea de indefinición que mantiene la Consejería de Sanidad a la hora de apostar por un modelo de gestión sanitaria. Las promesas incluidas en el programa electoral popular de reforma del sistema de salud siguen sin tener su reflejo en una apuesta concreta por un modelo de gestión sanitaria, a lo que ayer contribuyó con sus palabras Eduardo Zaplana tras la inauguración en Valencia de la I Conferencia Abril Martorell titulada Sanidad pública y sociedad moderna. El presidente del Consell habló ayer de buscar métodos que sirvan para "evolucionar" el "anquilosado" e "ineficaz" sistema sanitario público sin apostar por ninguno. Sí aludió a la posibilidad de aplicar un "sistema mixto", es decir, la coexistencia en la red pública valenciana de varias fórmulas a la vez. Dentro de este marco cohabitarían modelos como el del Hospital de Alzira, donde la Generalitat ha cedido la responsabilidad de la atención hospitalaria de los 230.000 habitantes de la comarca de la Ribera a una unión temporal de empresas, con el sistema de fundaciones públicas sanitarias, caracterizadas por la autonomía de gestión, la capacidad de endeudarse y de enejenar el patrimonio que creen a partir de su constitución.

Zaplana defendió esta postura acusando a la oposición de anclarse en modelos inmovilistas por querer mantener fórmulas "anquilosadas en el pasado que se han mostrado ineficaces" y se mostró partidario de "cambiar mucho" en la gestión sanitaria pública, frente al "inmovilismo" defendido por los partidos que "no quieren cambiar nada".

El dirigente popular dibujó un futuro teñido de negro a menos que se recurra a las nuevas fórmulas de gestión sanitaria, que planteó como la única salida para combatir contra la "escasez" de recursos actuales. Éstos, dijo, únicamente permiten ofertar un modelo"como el que desgraciadamente se ofertaba en la sanidad socialista, llena de listas de espera" y marcada por un "deterioro de las infreestructuras sanitarias".

Por otra parte, el PSPV denunció ayer que 100.000 alicantinos están aún adscritos al modelo antiguo de asistencia sanitaria por los retrasos en la construcción de centros de salud en Alicante. El diputado socialista Luis Briñas y la concejal María Elena Contreras responsabilizan de esa "discriminación" a la Consejería de Sanidad y al equipo de gobierno de Alicante, del PP, que todavía no ha cedido a la Generalitat el suelo para la construcción de los centros de salud previstos en el barrio de Benalúa y en las zonas de Gran Vía y Lo Morant. Briñas acusó al PP de no respetar en Alicante el mapa sanitario vigente desde 1993. Como ejemplo citó el caso del centro de salud de Ciudad Jardín, que atiende a población ajena a la cobertura asignada a esa dotación. En cuanto al decreto que el PP prevé formalizar en los próximos días para designar digitalmente a los directivos de los centros sanitarios, el PSPV censuró que ese criterio elimina el concurso público y aborta la más mínima aspiración de los 36.000 funcionarios que prestán sus servicios en la sanidad pública valenciana.