Elorza y la Diputación aparcan su polémica por el Kursaal y desbloquean la negociación con la Kutxa
Al día siguiente de librar una batalla en los medios de comunicación sobre la sala de exposiciones del Kursaal, la Diputación de Guipúzcoa y el Ayuntamiento de San Sebastián olvidaron por un momento sus rencillas políticas y reanudaron ayer las negociaciones con la Kutxa para fijar las condiciones de venta de la controvertida galería de 1.000 metros cuadrados sita junto a los prismas de Moneo. La primera toma de contacto tras varios meses de bloqueo fue calificada por uno de los asistentes como "muy positiva", pues se desarrolló bajo "un clima de entendimiento".
De una parte, asistieron el alcalde donostiarra, el socialista Odón Elorza, y el diputado de Cultura, el peneuvista Luis María Bandrés, como miembros de una comisión especial delegada por la Sociedad Kursaal. De la otra, una representación de la Kutxa, formada por Jesús María Alkain, Koro Landa y Patxi Eskiroz. En medio, el gerente del Palacio de Congresos Kursaal, José Miguel Ayerza. Una hora de reunión sirvió para dar un vuelco a la situación, y pasar de una situación de bloqueo absoluto a vislumbrar "un final feliz" en pocas fechas.La reunión parte de una carta remitida por la Kutxa a la Sociedad Kursaal en la que expresaba su interés por retomar las negociaciones. A la vista de esta solicitud, el pasado 14 de octubre el Consejo de Administración de Kursaal nombró una comisión especial con el encargo de escuchar la voluntad de la entidad de ahorros para comprar la sala de exposiciones.
Una negociación que parecía fosilizada como consecuencia del enquistamiento de las posiciones -la Kutxa exigía la recepción de la urbanización de Miramón y el Ayuntamiento se niega a ello por ahora- ha experimentado un giro en beneficio de la resolución de un conflicto con tintes políticos. Sin embargo, la discusión que mantiene el regidor donostiarra con la caja de ahorros sobre Miramón no afloró ayer en ningún momento, dado que hubiera significado la ruptura de la mesa negociadora.
Reunión simbólica
La primera toma de contacto después de varios meses de bloqueo supone el reinicio de un proceso negociador que conducirá inexorablemente a la venta de la sala de exposiciones a la Kutxa, que hace un año y medio rebajó de 750 millones de pesetas a 500 millones la cantidad que estaba dispuesta a abonar por ser su propietaria. Entretanto, la Kutxa sigue estudiando cómo va a gestionar, y con qué costes, la programación anual de la galería.
Aunque la reunión de ayer no despejó las condiciones en que se cerrará el trato ni el calendario de la negociación, la próxima reunión del Consejo de Administración de la Sociedad Kursaal, prevista para el 15 de noviembre, puede clarificar mucho la situación, en opinión de uno de los participantes en el cónclave de ayer. "La reunión supone un gran avance vista la situación de la que partíamos. Sólo el simbolismo que encierra la cita representa un acercamiento de posturas", añadió.
La sala de exposiciones del Kursaal, cuya obra aún no está totalmente rematada para ser adquirida por la Kutxa, ha provocado el primer encontronazo político tras las elecciones entre los representantes del Ayuntamiento donostiarra, principalmente el alcalde, el socialista Odón Elorza, y la Diputación gobernada por PNV-EA.
La chispa se encendió cuando el diputado Bandrés, recién llegado al Departamento de Cultura, criticó la decisión de Elorza de reconvertir San Telmo en el Museo de la Cultura Vasca sin consultarlo previamente con el Gobierno vasco ni con la Diputación. A aquel choque de opiniones le ha seguido la reciente polémica del Kursaal, que brotó la semana pasada cuando el responsable de la cartera de Cultura se quejó por escrito a Elorza por informar a la prensa de cuestiones internas de la Sociedad Kursaal.
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