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El Ayuntamiento traslada en Málaga la tumba de la escritora Jane Bowles

El Ayuntamiento de Málaga ha trasladado la tumba de la escritora Jane Bowles. El Consistorio instaló en julio de 1998 un monolito sobre la tumba. Un año después, la traslada de la zona pobre original a la zona noble, "por razones de seguridad". Pocas tumbas han sido más polémicas que la de Jane Bowles en el cementerio de San Miguel de Málaga. Este traslado añade un episodio más a la polémica en torno a la tumba.

Tras su entierro anónimo en una simple parcela sin lápida hace 26 años, la tumba de la escritora se mantuvo en el olvido. En los años ochenta, un grupo de intelectuales malagueños recordó su existencia. Pero el anuncio de clausura del cementerio en 1987 estuvo a punto de llevarla a una fosa común. Una joven estudiante, Alia Luque, llevó a Bowles a las primeras páginas de los diarios por su intento de rescatarla pagando su traslado, pero el Ayuntamiento se opuso e instaló el monolito sobre la tumba en 1998. Tras esta iniciativa, llegó la del traslado, que se produjo de forma silenciosa y sin avisar a nadie el pasado viernes.El traslado se llevó a cabo tras autorizar el Ayuntamiento una petición del gerente de Parcemasa, Juan Oliva. Parcemasa es la empresa mixta encargada de la gestión de los cementerios de Málaga. La tumba se hallaba en la parcela 453 de la parte moderna del cementerio de San Miguel, fuera del recinto monumental. Ésta es la zona donde se hallan todos los panteones del siglo XIX, que quedará protegida y rehabilitada.

Las obras de desescombro en la parte moderna se iniciaron hace dos meses para iniciar la construcción de un parque público. Oliva reclamó la semana pasada el traslado de los restos de Jane Bowles, "por razones de seguridad".

Desde ahora, y hasta nueva orden, Jane Bowles estará junto a los escritores y artistas malagueños del XIX y principios de siglo que se encuentran enterrados en la zona de panteones. El cementerio de San Miguel, creado en 1810, está considerado como uno de los más importantes desde el punto de vista histórico y arquitectónico de Andalucía.

El concejal de Cultura, Antonio Garrido, señaló que la medida se ha tomado al entender que la tumba de Bowles "estaba en una situación de indefensión absoluta". Con todo, Garrido matizó que "podrá estudiarse" si se queda en su nuevo destino de manera definitiva una vez finalicen las obras de restauración del cementerio. El proyecto prevé la reconversión en parque de la zona pobre, la rehabilitación con usos funerarios restringidos de la zona de panteones y la habilitación de la sala de pésames y tanatorio como zona museística. Garrido dijo que el traslado había sido un acto de "responsabilidad" apoyado en "razones de índole técnica".

La decisión ha provocado reacciones contradictorias en la Asociación de Amigos de San Miguel, una plataforma creada hace cuatro años para concienciar a la sociedad y los poderes públicos sobre los valores patrimoniales del camposanto. Ha sido gracias a esta asociación, que agrupa a artistas y profesionales, que el pasado enero se consensuó el proyecto de rehabilitación de San Miguel.

El historiador Francisco Rodríguez Marín y el presidente de la asociación, José Luis Cabrera, critican la no notificación del traslado. Es "un mal gesto que rompe el espíritu de consenso que hemos defendido y se ha hecho para evitar polémica", dice Rodríguez Marín.

El presidente de la asociación sí está, en todo caso, de acuerdo con el traslado y el lugar elegido, al creer que "no había posibilidades de conservar la tumba sin sufrir futuras agresiones y expolios en un parque público".

Sin embargo, Cabrera admite que había división de opiniones en la asociación. Es el caso del artista Jorge Dragón, Beca Picasso 1998, que cree que la tumba de Bowles representaba "la memoria anónima de miles de seres que fueron enterrados en ese lugar". Tampoco es favorable al traslado el escritor Alfredo Taján, cuya opinión ha publicado varias veces en la prensa.

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