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ELECCIONES CATALANAS Final de campaña

Pujol exhorta a los jóvenes a seguir su legado para hacer de Cataluña un verdadero país

Jordi Pujol cerró ayer la campaña electoral con un discurso ideológico en el que expuso su concepción del nacionalismo catalán. Exhortó a las futuras generaciones para hacer de Cataluña un verdadero país en toda su plenitud. El presidente de la Generalitat, ante unas 20.000 personas que llenaron a rebosar el Miniestadi del FC Barcelona, insinuó el final de su carrera política en las que serán sus sextas elecciones como candidato de Convergència i Unió (CiU). Pujol pronunció un discurso que algunos interpretaron como un testamento de su trayectoria política y de gobierno.

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En síntesis, Pujol dejó claro que él representa la verdadera esencia del nacionalismo catalán, la persona que ha conducido Cataluña a la plena recuperación de la autonomía, el que ha hecho posible la cohesión convivencial de los seis millones de catalanes y el defensor de la patria y de la lengua. Y como lo definió el líder de Unió, Josep Antoni Duran Lleida, "el mejor presidente de Cataluña de este siglo", el mismo día en que se cumplía el 59º aniversario del fusilamiento del ex presidente republicano Lluís Companys. Todo el espectáculo mitin se montó para ensalzar la persona de Pujol y los 19 años de Gobierno de Convergència i Unió.Como ya es habitual, el líder nacionalista utilizó en su mitin la primera persona del plural para referirse por igual a él, a Convergència i Unió, a la Generalitat o a los catalanes, especialmente a los nacionalistas. Pendiente de las conexiones en directo de los informativos de televisión, Pujol se instaló en su cátedra soberanista y habló durante más de 30 minutos para sus entregados alumnos; eso sí, siempre de espaldas a toda la plana mayor de la coalición.

Las referencias a las futuras generaciones de catalanes fueron una constante en su discurso. Aquellas generaciones que, según Pujol, deben transformar Cataluña y hacer de ella un verdadero país en toda su plenitud "hecho, anclado y al servicio de la patria catalana". Una nación, dijo, en la que quepan seis millones de ciudadanos, pero en la que lo más sagrado, subrayó, sea la convivencia entre todos ellos. Porque a pesar del camino recorrido, la obra no está culminada. Es decir, y utilizando un símil pujolista de campaña: subir al Aneto no es suficiente, Cataluña debe estar en el Mont Blanc.

Mil años de historia

La esencia del nacionalismo se halla en la capacidad de fundir los mil años de historia con la realidad actual, pero con un objetivo concreto: el futuro. Y ese futuro es, para el presidente, el que él no podrá contemplar, el que corresponderá construir a los jóvenes y "a los que ahora dirigís la coalición". "Un país al que serviréis, pero no se puede servir a las personas ni a un país si no se le quiere, si no se le conoce bien", añadió.

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La lección doctrinal que dio Pujol no estuvo exenta de críticas hacia los partidos de ámbito estatal, especialmente al Partido Popular, y sus promesas de moderar el nacionalismo catalán. "Defender el propio país, la patria, la lengua, la identidad, no es ninguna especie de radicalismo, sino un derecho elemental que tenemos todos", respondió el presidente catalán a los conservadores. Porque para el dirigente de CiU, el nacionalismo se basa en el patriotismo y en el personalismo como sinónimo de servicio a las personas.

En algunos momentos Jordi Pujol llegó a emocionarse durante su mitin, sobre todo cuando se refirió a que él no culminará la obra realizada hasta ahora, "pero no os preocupéis", dijo, "vamos por el buen camino, quizá al final de este camino no estemos todos". Y acontinuación añadió: "Cataluña no será un país poderoso entre los poderosos, pero sí será un país lleno de libertad, humanidad y calidad".

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