Álava quiere que las otras dos diputaciones sometan su gestión tributaria a una auditoría externa

La Diputación de Álava, ahora en manos del PP, va a plantear formalmente a las otras dos instituciones forales una mayor fiscalización del uso que hacen de su capacidad recaudatoria. Álava es el único territorio que somete su gestión tributaria a una auditoría externa realizada por profesionales independientes, que analizan sus procedimientos de declaración, autoliquidación, trámite de gestión e inspección. En su primera reunión con sus colegas de Vizcaya y Guipúzcoa, mañana en el Consejo Vasco de Finanzas (CVF), el diputado alavés de Hacienda, Juan Antonio Zárate, les pedirá que sigan su ejemplo. "Sería lógico ver si todos tratamos a los contribuyentes con igual claridad", ha señalado.

Las reuniones del Consejo Vasco de Finanzas de los dos últimos años estuvieron marcadas por la polémica, especialmente la de hace dos años. En octubre de 1997, Vizcaya se presentaba ante las otras dos haciendas forales con un agujero en su recaudación de 20.000 millones de pesetas sobre la cifra prevista, que en gran medida deberían cubrir los otros dos territorios con el fondo de solidaridad introducido a instancias suyas en la Ley de Aportaciones. El entonces diputado general de Álava, Félix Ormazabal, amenazó con su dimisión y tan solo la disciplina de partido -el PNV controlaba las tres diputaciones- y la reducción final del déficit de recaudación de Vizcaya a algo menos de 7.000 millones de pesetas al final del ejercicio salvó la situación. Aún así, Álava dejó ya entonces clara su intención de extender su modelo de auditorías externas a los otros territorios, para que quede acreditado que las tres utilizan de forma homogénea su capacidad recaudatoria, con una presión fiscal efectiva comparable. Mañana, la Diputación alavesa, con equipo de gobierno del PP, volverá a plantear el asunto en la reunión que celebra en Vitoria el Consejo Vasco de Finanzas para acordar las aportaciones para el 2000.

"A la hora de fijar las aportaciones de cada territorio hay un componente que se paga en relación inversa a la gestión fiscal y recaudatoria. Podría haber un territorio que haya recaudado poco, pero no porque su producto interior bruto sea inferior a la de otro territorio, sino porque está gestionando mal", señala Juan Antonio Zárate. "En Álava se ha discutido y se lleva un gestión eficaz sobre el contribuyente. Al final, la forma de ratificarlo fue contratar una auditoria externa. Sería lógico comprobar si todos tratamos a los contribuyentes con igual claridad y eficacia", añade el diputado alavés.

Sin desconfianza

Zárate niega que exista desconfianza respecto al funcionamiento de las otras dos diputaciones, porque la deficiente gestión habría que "probarla". Sin embargo, constata que los asesores fiscales, profesión a la que se dedicaba hasta llegar a la Diputación, viven más tranquilos en Vizcaya y Guipúzcoa que en Álava. "Son percepciones que habría que ratificar con estudios serios", puntualiza.

Pese a todo, el Consejo Vasco de Finanzas de mañana se presenta tranquilo. "Las cifras de recaudación son positivas y parece que pueden satisfacer a todas las partes, diputaciónes y Gobierno", señala Zárate.

En todo caso, la reunión de mañana si marca un hito en la historia del Consejo Vasco de Finanzas. Desde su constitución, con la excepción del periodo de cuatro años en que la Diputación de Guipúzcoa quedó en manos de EA tras escindirse del PNV, este órgano ha tenido en la práctica un único color político, el peneuvista.

Esta circunstancia ha permitido que las frecuentes tensiones entre territorios e instituciones por el reparto de los recursos fueran zanjadas por la dirección del PNV. Al estar ahora una de las diputaciones en manos de otro partido, el papel arbitral del Euzkadi Buru Batzar se desvanece. Aunque el PP quiere dejar ya constancia del cambio de situación, su representante, el independiente Zárate, acude al CVF con ánimo conciliador, a lo que ayudan las buenas perspectivas de la economía vasca.

Presupuestos

En la reunión de mañana, el CVF debe fijar el reparto de recursos entre el Gobierno y las diputaciones para el 2000, de acuerdo a las estimaciones de recaudación. Esta determinación es esencial para que las instituciones puedan cerrar sus proyectos de presupuestos respectivos. Tanto en el caso del Gobierno del lehendakari Ibarretxe como de los gobiernos forales surgidos de las elecciones de julio, serán sus primeros presupuestos, ya que el Ejecutivo decidió funcionar este año con la prórroga de los de 1998. El Gobierno debe consensuar el proyecto de gastos con EH, su socio parlamentario, antes de presentarlo al Parlamento. Fuentes de Vicelehendakaritza han asegurado que entrará antes de la fecha límite del 31 de octubre.