Búsqueda
El pasado viernes 1 de octubre, en torno a las diez de la noche, buscaba aparcamiento por Alonso Martínez cuando encuentro una zona totalmente desocupada al borde de la acera del restaurante Jockey de la calle de Amador de los Ríos, 6. Sin darme cuenta de las placas que prohibían estacionar allí, dejé mi coche y cuando salía de su interior observo las placas a la vez que oigo un silbato de un agente de la Policía Nacional que se encontraba vigilando la zona de seguridad que rodea las dependencias que su cuerpo tiene frente al restaurante.Me dice que allí no se puede aparcar -¿no ha visto usted las placas?-. Retiro mi coche, pero al tiempo veo cómo otros coches son aparcados por el aparcacoches que tiene el citado restaurante en la zona donde yo no podía aparcar.
Le pregunto al policía nacional si esos coches estaban autorizados y me contestó exactamente: "Les autorizo yo, que soy el agente de la autoridad", y ni siquiera aguardó a que le replicara. Me di cuenta de que había un guardia civil por allí y creí conveniente explicarle lo que había pasado. No quise ponerle en ningún compromiso, pero quería cerciorarme de que no estaba dentro de la ley lo que el policía estaba haciendo (estaba tan perplejo que ya no sabía si era yo el que estaba equivocado). El guardia civil me calmó y su amabilidad me hizo olvidar todo, al fin y al cabo yo salí por allí para divertirme. - . .
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