Cuando el ruido llama a la puerta
Las fiestas del Pilar cierran una temporada de festejos protagonizados por las quejas contra el estruendo
Las fiestas que se celebran este largo fin de semana en el barrio madrileño del Pilar cierran una temporada de festejos a la que ha acompañado la polémica del ruido. Los vecinos de barrios y localidades en fiestas alternan las ganas de divertirse con el sometimiento a los insomnes decibelios de los recintos feriales. Este fenómeno genera oleadas de protestas, que en algunos casos, como el de Fuencarral, acaban con éxito, y en otros ni son oídos. Hay demasiado estruendo. Éste es un repaso a esas zonas calientes. - Fuencarral. Este año los feriantes plantarán sus casetas por última vez entre la avenida de Monforte de Lemos y la vereda de Ganapanes. Así lo ha prometido la concejal Nieves Sáez de Adana. Pero no todos se lo creen. "La junta ha incumplido su compromiso sobre la ubicación del recinto ferial y el nivel de ruido de las fiestas", asegura José Ignacio Martínez, presidente de la mancomunidad de la Cuarta Fase, el grupo de edificios más afectados por el montaje festivo. Según su versión, tras varias reuniones con la anterior junta municipal, encabezada por Beatriz Elorriaga, del PP, las casetas y las tómbolas iban a estar bastante más abajo, en un terreno alejado de las viviendas. La concejal actual, también del PP, replica que este año tal cambio no ha sido posible: "Cuando tomé posesión tras las elecciones me encontré con que el pliego de condiciones que incluía la ubicación de las fiestas ya estaba rubricado", explica Nieves Sáenz de Adana.
- Alcalá. Lo que más quejas genera cada año en las fiestas de esta ciudad (163.300 vecinos) es el campo de la Paloma, un solar rodeado de una valla, pero sin techo, donde se agrupan las casetas de las peñas y se organizan conciertos en los festejos de agosto. Está en el casco histórico, junto a varios bloques de pisos cuyos vecinos saben con certeza que no podrán dormir durante los diez días de feria. Algunos incluso programan sus vacaciones en estas fechas para evitarse el disgusto. El edil de festejos, el socialista José Luis García Pezuela, anunció este verano que lo más probable es que éste sea el último año del Campo de la Paloma. "Eso lo oímos todos los años", dijo incrédula la presidenta de la asociación de vecinos del distrito centro, Dolores Palenzuela.
En cuanto al recinto ferial propiamente dicho, donde se instalan los carricoches, tiene a un lado la ribera del Henares, pero al otro, y a muy pocos metros, se levantan, en vez de árboles, bloques de viviendas. Las protestas por el ruido suelen sucederse así con más o menos intensidad todos los veranos. El actual equipo de gobierno (formado por IU y PSOE) anunció a principios de septiembre que estudiarán el cambio de ubicación del recinto. Un anuncio que también hicieron sus antecesores en el ejecutivo local, del PP.
- Coslada y San Fernando. Estos municipios, con 32.000 y 75.750 habitantes, respectivamente, tienen recintos feriales recién estrenados. Los terrenos están alejados de zonas residenciales y en ellos no suelen producirse quejas por el ruido.
- Alcorcón. Una de las primeras medidas que tomó el nuevo equipo de gobierno de Alcorcón (144.000 habitantes), formado por el PP, tras las elecciones del 13 de junio fue trasladar los conciertos. Hasta septiembre, todas las actuaciones se llevaban a cabo en la zona descubierta del polideportivo de Los Cantos, en pleno centro. Con la entrada de los populares, los artistas tocan en el polideportivo de La Canaleja, en la zona norte, y cuyas primeras viviendas están a unos 400 metros. Además, el escenario se orienta hacia la M-40 y las vías del tren para reducir el impacto sonoro. Sin embargo, los problemas en Alcorcón provienen del recinto ferial. Los vecinos de las urbanizaciones limítrofes se quejan de que las atracciones tienen la música a gran volumen hasta las tres o las cuatro de la madrugada, lo que les impide dormir.
- San Sebastián de los Reyes. "Quince días antes de las fiestas ya nos cambia la vida a toda la familia, pero es que, es plenas fiestas, no pegamos ni ojo, y qué le vamos a hacer". Es el comentario resignado de Laura, una vecina que vive a escasos 20 metros de la plaza del Ayuntamiento de San Sebastián de los Reyes (57.790 vecinos), el corazón de la verbena popular cuyos latidos musicales suenan a más potencia que en cualquier otro lugar durante los siete días que duran las fiestas en la última semana de agosto. Laura, su marido y sus hijos adolescentes tienen asumido el ruido del jolgorio -el matrimonio, porque no les queda más remedio- y creen que de poco sirve denunciarlo.
Los responsables municipales dicen que el recinto ferial "está donde está" y que no se puede cambiar. " Es una cuestión muy difícil de solucionar porque es cierto que la gente tiene derecho a dormir, pero tampoco puedes impedir que otra gente se divierta", dice el concejal de Seguridad, Julián González.
- Tres Cantos. El recinto ferial de Tres Cantos (30.970 habitantes) está junto al parque central. El sector más cercano es el de Foresta. Los responsables municipales dicen no recibir apenas quejas vecinales. En esta ciudad, sin embargo, se da un dato curioso. Los vecinos, más que quejarse del ruido que soportan en sus casas, se lamentan del que aguantan dentro del recinto ferial cuando pasean por él. El equipo de gobierno ni se ha planteado cambiar la ubicación del ferial.
- Colmenar Viejo. En este municipio (29.682 habitantes), el mayor ruido de las fiestas se registra en dos calles, la de la Feria y la Real. En ellas se instalan todas las tómbolas, chiringuitos y puestos de feria. Ha sido así toda la vida y continuará igual, según fuentes municipales. La mayoría de los vecinos están también resignados, no tanto como los cercanos al ferial de las atracciones mecánicas, en el campo de fútbol de Las Vegas, a unos dos kilometros de la plaza del pueblo. Según el alcalde, José María de Federico, son estos últimos quienes se quejan más. "De momento no podemos cambiar esta ubicación, pero les hemos dicho que en cuanto encontremos un sitio alternativo adecuado lo cambiaremos. De todas formas, allá donde lo pongamos habrá vecinos molestos", dice el regidor.
Esta información ha sido elaborada por F. Javier Barroso, J. Francés, Arantxa G. de Sola, Susana Moreno, Lila Pérez Gil y Raquel Santos.
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