Azote Hernando

EN CASI todos los partidos hay alguien encargado del trabajo sucio; alguien a quien le va la marcha, y que se complace en que sus compañeros le halaguen llamándole azote: azote del Gobierno o de la oposición, según los casos. En el Partido Popular esa tarea la desempeña ahora, con muchísima afición, Rafael Hernando, portavoz oficial del partido desde enero.En su haber figuraban ya hazañas como la de descalificar la presencia de Pedro Solbes en la Comisión Europea, en Bruselas, con el argumento de que se había sentado en los "consejos de ministros de la época de la corrupción". El mes pasado, a propósito de la batalla por el control de la Federación Española de Municipios, atribuyó al PSOE "un talante antidemocrático que raya en el parafascismo". Su última ocurrencia ha sido decir que le han dicho que los socialistas ordenaron suprimir del archivo de TVE imágenes poco favorables para Felipe González. Por ejemplo, las de su abucheo por unos estudiantes en 1993. Esa acusación era la respuesta del portavoz del PP al informe presentado por los socialistas sobre el sectarismo de la televisión pública en el tratamiento de la información política.

La imprecisa acusación de Hernando refleja una mente de inquisidor. El abucheo a González en la Universidad Autónoma de Madrid fue una muestra de intolerancia: un acto de cobardía comparable al que sufrió Aznar en Lleida algún tiempo después. La mención de Hernando, ¿significa que alguien quería emitir ahora esas imágenes? ¿Por orden de quién y con qué fin? ¿O refleja simplemente una fantasía sádica más del prodigioso portavoz del PP? Pero además, fuentes de TVE informaron que la grabación correspondiente está en su sitio, y el propio director general ha desautorizado al azote de la oposición. En lugar de desistir, Hernando preguntó ayer dónde están las imágenes de González con Roldán y pidió una auditoría del archivo de TVE. Que auditen lo que sea, pero el procedimiento es perverso: lanza una grave acusación sin pruebas, y cuando le desmienten pide que se investigue si hay motivo para su acusación.

¿Esto es el viaje al centro? Sacaron del Gobierno al anterior azote, Miguel Ángel Rodríguez, pero han puesto a Hernando en el partido: el trabajo sucio pasa a otro negociado, pero sigue siendo sucio. Que el PSOE utilizó la televisión pública de manera partidista es una evidencia, pero eso no anula la mayor evidencia aún de la manipulación actual, perceptible a ojo y documentada con datos ciertamente espectaculares por los socialistas. Éstos tienen al menos el atenuante de que corrieron el riesgo de dar luz verde a las televisiones privadas. Mientras que el PP ha utilizado las privatizaciones para crear una red de empresas privadas de comunicación adictas, y no para cuatro años, sino para siempre jamás.

Tapar la boca a los socialistas con el y tú más viola una regla elemental de la democracia parlamentaria, que asigna a la oposición la tarea de vigilar y criticar al Gobierno. Hacerlo con el zafio estilo del portavoz del PP lleva la política a las lindes de la patología.