Un joven humanista

Puede parecer una de esas anomalías valencianas tan recurrentes, pero no. Martí Domínguez es un humanista de largo alcance. Posee una sólida formación científica, una respetable cultura y una notable vocación literaria. Además, escribe francamente bien. Y todo con 33 años. Su afición por las letras y la cultura tuvo un caldo de cultivo inmejorable en la tradición familiar. Nieto del que fuera director del diario Las Provincias, -uno de los grandes referentes de la escasa derecha valenciana culta, liberal y valencianista, cesado porque se atrevió en pleno franquismo a criticar la escasez e inoperancia de las ayudas oficiales a Valencia tras la riada que devastó la ciudad en 1957-, Domínguez nació en 1966 en un entorno de afecto hacia las letras. Igual que llenaba cuartillas con unos iniciales tanteos poéticos que nunca ha hecho públicos, elaboraba cuidadosamente sus colecciones de insectos y mariposas.Biólogo de carrera, ha realizado estancias de investigación y formación en los museos de ciencias naturales de París y Washignton. En la actualidad se ocupa de la coordinación de un programa científico y lleva a cabo tareas en el ámbito de las publicaciones en la Universidad de Valencia. Su articulismo periodístico, de una amenidad soprendente, ha ocupado las páginas de medios como el semanario El Temps y los diarios Levante y EL PAÍS, donde colabora actualmente. Les confidències del Comte Buffon, la primera novela de Martí Domínguez, ganadora de los Octubre en 1997 y reconocida con entusiasmo por la crítica valenciana y catalana, marca claramente el universo de sus preocupaciones intelectuales, su afecto por los ilustrados, por los grandes personajes de las letras y la ciencia, por el saber y la razón. La obra ganadora del Prudenci Bertrana enfoca a Goethe, ese poliédrico y gigante pionero de la modernidad europea. Sin complejos sobre lo local o lo cosmopolita, Darwin, Vives, Sade, Montaigne, Mayans o Fuster forman parte de su nutrida galería de aficiones y devociones. Martí Domínguez es emblema de una joven generación de intelectuales valencianos, a contracorriente de la banalidad y la fragmentación que, para algunos, definen la cultura en los estertores del milenio.