Brasil anuncia subida de impuestos y ajustes para cumplir con el FMI

Brasil subirá los impuestos y recortará el presupuesto para asegurar el superávit pactado con el Fondo Monetario Internacional (FMI). Al mismo tiempo, el Gobierno anunció que, a partir de enero, los préstamos contratados en el extranjero serán penalizados. La oposición aplaudió las medidas y parte de la coalición de Gobierno mostró su desagrado. El ministro de Hacienda de Brasil, Pedro Malan, anunció ayer que el Gobierno recortará el presupuesto para el 2000 en unos 600 millones de dólares (93.600 millones de pesetas).

Al mismo tiempo, una serie de cambios en el sistema impositivo propiciará el ingreso en las arcas públicas de otros 2.200 millones de reales (unos 1.100 millones de dólares, 172.000 millones de pesetas) como forma de compensar lo que el Gobierno dejará de recaudar de los tributos de los funcionarios públicos jubilados y de los pensionistas.El pasado martes, en un revés grave e inesperado, el Gobierno del presidente Cardoso vio naufragar su proyecto de obligar a los jubilados y pensionistas del sector público a seguir pagando cuotas de la Seguridad Social, cuando el Tribunal Supremo Federal declaró "inconstitucional" la medida.

Al mismo tiempo, Malan anunció que el Gobierno implantará un proyecto de ley, como una "medida provisional" (que entra de inmediato en vigor), poniendo limitaciones al pago de intereses al exterior por los préstamos tomados en el extranjero. Además, en la tarde de ayer se presentó al Congreso una propuesta de reforma del Código Tributario para disminuir la evasión fiscal en Brasil, facilitada por una serie de mecanismos legales que provocan graves pérdidas al Tesoro Nacional.

A partir de enero, los pagos de intereses de préstamos contratados con instituciones extranjeras tendrán una tasa por impuesto sobre la renta del 15%. El ministro Malan afirmó que la medida no afectará a los contratos firmados hasta el 31 de diciembre próximo, y que no alcanzará a los créditos para la exportación sino sólo a los de financiación.

Se trata, afirmó el ministro, de una "medida de carácter provisional, hasta que se logren nuevos mecanismos para asegurar un superávit primario de un 2,65% sobre el PIB".

Tan pronto como fueron anunciadas las nuevas medidas se produjeron disensiones entre la coalición que ampara al Gobierno. En primer lugar, por una cuestión de plazo, el Gobierno no quiere enviar la nueva propuesta de presupuesto al Congreso. Los diputados y senadores deberán proponer los recortes en el presupuesto ya elaborado, que se encuentra bajo análisis de la comisión de presupuestos. Los senadores rechazaron, de inmediato, asumir la responsabilidad de efectuar los recortes. "No queremos asumir esa carga", afirmó el senador Siqueira Campos.

En la oposición, parte de las nuevas medidas fueron bien recibidas. El diputado José Geonoíno, del Partido de los Trabajadores (PT), luego de conocer el anuncio realizado por el ministro de Hacienda, afirmó que "la mayoría de las medidas propuestas por Malan fueron presentadas por la oposición al final de 1997. (...) Siempre pedimos que los envíos de divisas al exterior fuesen penalizados, sobre todo las ganancias del capital multinacional", añadió. Este diputado dijo que habían pedido "en reiteradas ocasiones que se pusiera fin a la evasión fiscal. La verdad es que al Gobierno le hubiera bastado con aprobar las propuestas de la oposición", recalcó.