La Ertzaintza busca a un futbolista desaparecido en pleno partido
Javier Rivas Izar de la Fuente, un jugador federado de fútbol-sala de Vitoria, de 25 años, estaba jugando el domingo la segunda parte del partido que disputaba su equipo, el Nereidas, frente al Gingangolo, de la Primera Regional alavesa, cuando abandonó repentinamente la cancha, sin razón aparente y sin que repararan en ello sus compañeros de juego. Pronto cayeron en la cuenta de la inferioridad numérica y de la ausencia del jugador. Cuando acudieron a buscarle, Javier Rivas había desaparecido sin dejar rastro. La última persona que le vio fue la cuidadora del centro cívico Hegoalde, en el barrio de Adurza, donde se estaba jugando el partido. Salió por la puerta vestido de corto, con la camiseta blanca y el pantalón verde que usa el Nereidas. Rivas, de pelo corto rubio, 1,86 metros, unos 75 kilos de peso y complexión atlética, no tenía problemas personales ni profesionales, según sus amigos. En la taquilla de los vestuarios dejó su ropa, las llaves de su casa y de su vehículo, que quedó aparcado en el exterior del pabellón. El desaparecido, que compagina los estudios de Márketing con su nuevo trabajo para una asesoría de Salvatierra, es "una persona totalmente normal" y "no tenía ningún problema de ningún tipo", según sus compañeros de equipo, con quienes juega desde hace cinco años. Vive en el barrio de San Martín, con sus padres y un hermano. Los familiares de Javier Rivas avisaron de su ausencia a la Ertzaintza el domingo, aunque la denuncia no pudo formalizarse -como en cualquier caso de desapariciones- hasta transcurridas 24 horas, al mediodía de ayer. La policía vasca no desveló ayer datos de la investigación ni detalló las hipótesis que maneja.
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