Chirac aboga por la unidad latina frente a la hegemonía anglófona
Jacques Chirac hizó ayer en la Casa de Velázquez la bandera de la cultura latina frente a la hegemonía global anglosajona, y, con la mirada puesta en Latinoamérica, llamó a españoles y portugueses a unirse en un combate cultural con infinitas repercusiones políticas y económicas. "Unidos, hispanófonos, francófonos y lusófonos somos cerca de mil millones de mujeres y hombres en el mundo", afirmó el presidente de la República Francesa. "Juntos podemos influir en el curso de los acontecimientos. Uniendo nuestros medios y nuestras energías, podemos enriquecer el porvenir". El jefe de Estado francés defendía así la "excepción cultural", una batalla que hoy por hoy Francia da en solitario en el escenario internacional.
VISITA DEL PRESIDENTE DE FRANCIALa Casa de Velázquez, un bello palacete construido a principios de siglo por la República Francesa -y reconstruido tras la Guerra Civil, ya que fue frente y trinchera- está bajo la tutela del Ministerio francés de Educación para acoger a jóvenes investigadores y artistas que han elegido España como tema paea sus estudios. Ése fue el marco elegido por Chirac para pedir que España se una a Francia en la defensa en el escenario internacional de la "excepción cultural", fórmula francesa para proteger los productos culturales -sobre todo los audivisuales- de la competencia abierta con los productos norteamericanos, algo que considera una prioridad en todo el mundo.En la mejor tradición gaullista, Chirac pidió decir "no, decididamente no" a quienes conciben los productos culturales como cualquier otra mercancía. "Para ustedes y para nosotros", afirmó dirigiendose a un público formado por profesores, artistas e intelectuales, la cultura "tiene otra esencia. Obedece a otras necesidades, las que reclama el alma. Para ustedes y para nosotros su futuro no depende de unas negociaciones comerciales". Chirac apuntaba de esa forma a la próxima apertura en Seattle (Estados Unidos) de una nueva ronda negociadora en el marco de la Organización Mundial de Comercio (OMC) en las que Francia quiere mantener protegidos los productos audiovisuales a fin de evitar que Europa quede anegada por otros de dudosa calidad producidos a bajo coste y promocionados con grandes medios.
En su opinión, Francia y España deben poner su "proximidad" y su "intimidad al servicio de un combate por la diversidad cultural y linguística en el mundo de mañana".
La referencia de Chirac para que España y Portugal se unan a ese combate se enmarca en la batalla diplomática que Francia parecía dispuesta a dar por la consolidación de Europa en el Mercado Común del Sur (Mercosur) que agrupa a Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay, y que mantiene un acuerdo preferente con Chile. Chirac desempeñó junto al presidente del Gobierno español, José María Aznar, un papel importante en la convocatoria de la Cumbre de Río de Janeiro que el pasado junio reunió a todos los países de Latinoámerica y la Unión Europa.
La iniciativa diplomática europea en América Latina quedó, sin embargo, empañada por las dificultades que hubo en la negociación respecto a los intereses agrícolas y ganaderos en juego. La retórica sobre una nueva relación entre Europa y Mercosur sufrió. Pero Latinoámerica pasó la primera prueba de fuego de la discusión entre la voluntad política y los intereses comerciales.
La globalización, que será el tema central de la próxima Cumbre Iberoamericana de Jefes de Estado y de Gobierno que se celebrará en noviembre en La Habana, también fue abordada por el presidente francés. El objetivo de la política cultural francesa es "civilizar la mundialización, para que el extraordinario desarrollo de los intercambios comerciales no suponga la uniformización de nuestras culturas y de nuestras formas de vida", dijo.
El coloquio organizado en la Casa de Velázquez bajo el título de España y Francia en la encrucijada de la modernidad, estuvo presidido por el historiador francés Joseph Pérez y contó con las intervenciones de intelectuales españoles y franceses como Santos Juliá, José Ramón Alvarez Rendueles, François Zumbiehl y Bartolomé Bennassar.
Chirac, en sus palabras, rindió homenaje al proceso de modernización que ha vivido España en las últimas décadas y, sin decirlo expresamente, dio a los españoles la bienvenida a la modernidad y citó a escritores, actores y directores de cine españoles que han conquistado el mercado francés.
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