La biblioteca, el péndulo de Foucault y el telescopio de Herschell

El Observatorio Astronómico de Madrid depende del Instituto Geográfico, adscrito al Ministerio de Fomento. Jesús Gómez, responsable del centro, y su equipo trabajan desde hace años en reactivar este templo científico madrileño con la mirada puesta en el año 2002. En tal fecha se cumplirá el bicentenario de la primera observación astronómica desde allí realizada. En su seno se aloja el telescopio de Herschell, uno de los de más solera en el mundo. Hasta entonces, las obras de reacomodo del quizá más veterano de los recintos científicos de Madrid proseguirán. No sólo se ha recuperado ya su fisonomía exterior, su colorido de época, restañadas las heridas de sus bóvedas y mitigado el inexorable paso por sus muros de la humedad y la erosión; también serán recuperados su puerta de acceso y sus jardines, y su concepto será cambiado por completo, tras haber languidecido durante décadas. Hasta el último tercio de este siglo no fue monumento protegido.El observatorio va a ser potenciado. Se pretende restablecer en su interior un relato coherente y vivo de la ciencia astronómica española y abrir sus puertas a estudiosos y visitantes, con seminarios, conferencias, exploraciones e iniciativas de impulsión cultural. Se trata de recuperar con él la idea ilustrada que, por primera vez en la historia de España, otorgó a la ciencia el papel que siempre debió desempeñar.

Para satisfacer los fines anhelados por sus fundadores, su magnífica biblioteca de estantes y escaleras de caracol labradas en maderas nobles será restaurada, y se repondrán los 10.000 volúmenes que ahora yacen en otras dependencias del centro.

El péndulo de Foucault, que cuelga de su bóveda central y define sobre un círculo de pivotes de madera el desplazamiento de la Tierra alrededor de su eje, está siendo igualmente tratado para mostrarlo pronto al público. Será exhibida su colección de aparatos astronómicos, vestigios de un laborioso pasado de estudio y reflexión, de memoria y progreso.