Gore y Bradley anticipan la lucha demócrata por la Casa Blanca
La fuerza creciente de la candidatura presidencial de Bill Bradley ha obligado a Al Gore a coger el toro por los cuernos. El vicepresidente de EEUU y todavía principal aspirante demócrata a suceder a Bill Clinton en la Casa Blanca ha desafiado a su correligionario a sostener una serie de debates televisados. Bradley, ex jugador de baloncesto y ex senador por Nueva Jersey, ha recogido el guante. Los dos candidatos demócratas celebrarán en la segunda mitad de este mes el primer mano a mano televisado de la campaña electoral del 2000. Que un vicepresidente en ejercicio rete a su rival a debatir en público es todo un signo de la debilidad de su posición. Y es que la candidatura de Bradley, nacida como la de un seguro perdedor, ha ido tomando consistencia. Además, dos datos siembran el pánico en el equipo de Gore. Uno es que las encuestas empiezan a afirmar que Bradley le lleva ventaja en el Estado de New Hampshire, donde en febrero comenzarán las primarias. El otro dato casi es tan grave: Bradley ha recaudado más dinero que Gore en los últimos tres meses. Esto significa que los medios del poder y el dinero de EE UU consideran que Bradley tiene posibilidades de ganar a Gore y convertirse en el rival de George W. Bush.
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