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Crítica:CANCIÓN
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

Perdón por la tristeza

Desde que Sabina salió por primera vez a un escenario, los rumores no cesan de comentar que Joaquín está mal de voz, que tiene problemas con la garganta. Eso es una falacia. Le pasa lo mismo que al Papa: siempre dicen que está muy delicado, pero pocos jóvenes podrían aguantar la marcha del Pontífice. Sabina es un pontífice de la golfería ilustrada. Le gusta la cima del abismo. Sus terrenos están muy alejados de lo políticamente correcto. En cuatro palabras, le va la marcha. Y por lo que se vio y escuchó anoche, Joaquín conserva gozosamente esa voz endeble, cazallera y macarra, inconfundible, que es parte esencial de su glamour. Actúa tres noches en el Palacio de Congresos. Todo el papel está vendido. Presenta su nuevo disco, 19 días y 500 noches, una obra compacta, barroca, apasionada. Hay ternura sinuosa en todo el álbum, madurez evidente, potente; un no sé qué de invitación al libertinaje y el desatino, cierta melancolía cuajada de bajos fondos y altos ideales. Sabina se confirma como el gran abanderado del despecho sereno, pícaro, feroz, provocador, chulín, asilvestrado. Sale al coso todo vestido de negro, aunque no desaprovecha ocasión para ensalzar su talante rojiblanco. El escenario semeja la estación de ferrocarril Linares-Baeza. El reloj de la estación marca las 10 y diez. Se paró el reloj. Y nos podía haber dado las tantas de la madrugada de pasado mañana. A Sabina se le quiere, se le perdonan sus cosillas, se le envidia esa libertad que no se puede aguantar. Sabina sabe retozar magníficamente por los cerros de Úbeda. Su público es gente encantadora, pero se les nota que tienen un altar secreto crapuloso, lírico.Sus nuevas y magníficas canciones se mezclaron con temas muy queridos por el artista y sus seguidores: Yo me bajo en Atocha, Medias negras, Calle Melancolía, Quién me ha robado el mes de abril, Y nos dieron las 10... Lo nuevo son palabras mayores: desde la canción que da título al disco, hasta joyas como De purísima y oro, La Magdalena, Rubia platino o esa pasada primorosa (que en el disco interpreta con Chavela Vargas), Noches de boda. Sabina lleva muchas alegrías por dentro y por fuera, pero hay un enternecedor halo de tristeza, de melancolía, quizá de desesperanza. Perdón por la tristeza.

Joaquín Sabina

Joaquín Sabina (voz y guitarra), Pancho Varona (guitarra), Antonio García de Diego (teclado y guitarra portuguesa), Tony Carmona (guitarra), Bob Sans (saxo y clarinete), María Albizu (bajo), Fernando Samalea (batería), Cristina Narea (voz, percusión y guitarra) y Natalia Méndez (rap). Palacio de Congresos de Madrid. 1 de octubre.

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