El apoyo del PP permite a Azkuna salvar su primera propuesta de calado

El alcalde de Bilbao, Iñaki Azkuna, podrá salvar con cierta holgura la primera iniciativa importante de su gobierno en minoría: los impuestos y tasas públicas. Será gracias al apoyo del PP, aunque populares y socialistas coincidirán, en el pleno municipal de hoy, en aprobar algunas enmiendas a la propuesta nacionalista. Azkuna ha tenido que aceptar a regañadientes, en cambio, el incremento de forma notable de los sueldos de los concejales de la oposición para evitar una derrota que hubiera dejado en evidencia sus apoyos.

El pleno que celebrará hoy el consistorio bilbaíno será el primero de este cuatrienio con asuntos de calado. Casi cuatro meses después de las elecciones municipales, la coalición PNV-EA (9 de los 29 corporativos) afronta la sesión en clara minoría, sin visos a corto plazo para un pacto estable y con dependencia de los grupos de la oposición para aprobar los 74 asuntos del orden del día, aunque la mayoría de ellos sean cuestiones de trámite. El más importante es la aprobación de los impuestos, tasas y precios públicos para el año 2000, que incluyen servicios de gran incidencia en el ciudadano como el autobús urbano, la OTA, las basuras, el alcantarillado, los polideportivos municipales o el impuesto de bienes inmuebles. La ecléctica propuesta planteada por los nacionalistas, con un incremento medio del 2%, inferior al IPC, ha propiciado el apoyo del Partido Popular (8 concejales), lo que asegura la mayoría de votos. Los populares han negociado con los nacionalistas para incluir una enmienda que estableciera como gratuita la OTA para residentes, que actualmente llega a costar 6.490 pesetas anuales. Pero no ha habido acuerdo, según confirmó ayer el portavoz del PP Antonio Basagoiti. "No lo han aceptado. Mantenemos el apoyo a gran parte de la propuesta pero también vamos a apoyar algunas enmiendas de los socialistas que coinciden con ese espíritu de subida inferior al IPC". Esta entente llevará con toda probabilidad a modificar algunos apartados, como puede ser una menor subida en el billete laborable del autobús urbano. La incógnita es la postura que mantendrá Euskal Herritarrok, la cuarta fuerza del consistorio tras PNV-EA, PP y PSE, que tradicionalmente se ha opuesto a las tasas propuestas desde el equipo de gobierno. El asunto más significativo que ilustra la situación del Ayuntamiento bilbaíno se tratará en el apartado de mociones: el nuevo estatuto de la oposición, que regula los sueldos de los ediles. Iñaki Azkuna ha comprobado, con este asunto, las penurias de gobernar en minoría. Oposición unida La unión de tres partidos de la oposición, PP, PSE e ICV (que suman 15 corporativos), llevó a plantear una iniciativa que cambiaba totalmente el estatus de los ediles que no están en el equipo de gobierno. De una situación en la que sólo había un liberado por grupo, con un sueldo bruto anual de 6,3 millones anuales, estos tres partidos exigían un salario para todos los ediles con una cantidad cercana a los siete millones. "Fue una propuesta de máximos, para que Azkuna entrase a negociar, porque tampoco puede ser que todos los concejales estén liberados", confiesa uno de los proponentes de la iniciativa. La propuesta, adelantada a principios de verano, no ha tenido respuesta del alcalde hasta hace una semana. De un rechazo tajante a cambiar el estatus actual, se ha pasado a un acuerdo que establece concejales con dedicación exclusiva y parcial, con 6,5 millones y tres millones de salario anual respectivamente. Esta modificación, junto a las remuneraciones para cargos de confianza de los grupos, elevará de 100 millones a cerca de 250 la partida de los presupuestos.