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Portugal sostiene que el BSCH no garantiza una gestión "sana y prudente" del grupo Champalimaud

Xavier Vidal-Folch

El Gobierno portugués envió ayer a los Servicios de la Competencia de la Comisión Europea, pocas horas antes de cerrarse el plazo establecido en el requerimiento de Bruselas, su explicación sobre el veto a la operación del Banco Santander Central Hispano (BSCH) y del grupo luso Champalimaud. En su respuesta, insiste en los argumentos ya expuestos en anteriores comunicaciones en el sentido de que veta la operación por entender que incumple las leyes de su país y que el BSCH no garantiza una gestión "sana y prudente" de las entidades del grupo Champalimaud. El Ejecutivo, además, lanza duras críticas al comisario de Competencia saliente, Karel van Miert, porque "dio plazos muy cortos para resolver los trámites y porque emitió comunicados de prensa en los que informaba de la posición de la Comisión".La respuesta gubernamental, que reitera lo ya anunciado por el ministro de Finanzas, Antonio Sousa Franco, el 18 de junio, coincidió ayer con un comunicado del Banco de Portugal al BSCH y al grupo Champalimaud que se opone a la alianza estratégica firmada el pasado mes de junio por ambos consorcios. El banco central envió una carta a las dos partes con la documentación (50 páginas) sobre los argumentos de la decisión tomada el pasado martes.

El financiero Antonio Champalimaud dijo a la Agencia Efe que iba a analizar la documentación, aunque adelantó que "carece de total fundamento" la oposición a la alianza, como ocurrió igualmente en el caso del veto del ejecutivo socialista, dictado "en colusión con los banqueros competidores míos". Champalimaud añadió que, de todas formas, sigue "abierto" a negociar con el Gobierno, salvo en los "puntos vitales" del contrato establecido con el BSCH, mediante el cual el banco español tomó el 40% de la aseguradora Mundial Confiança, cabecera del grupo luso, a cambio de ceder el 1,6% de su capital. El financiero dijo que la única reserva que avanza para unas negociaciones que "no acepta" el desmantelamiento del grupo, una hipótesis admitida por el Ministerio de Finanzas.

El veto del Banco de Portugal reitera los argumentos del ejecutivo en el sentido de que la alianza, que crea el tercer grupo financiero del país, con el 18% del mercado nacional, no garantiza una gestión sana y prudente de los bancos del consorcio Champalimaud (Pinto y Sotto Mayor, Totta y Açores, Crédito Predial y Chemical). En una decisión previa, el Instituto de Seguros de Portugal, la autoridad de supervisión de este sector, había utilizado también el mismo argumento referido a Mundial Confiança para vetar la operación.

Según fuentes financieras, el Banco de Portugal considera que el acuerdo del 7 de junio no garantiza una buena administración de los mencionados bancos. Cuestiona el modelo de gestión conjunta.

Según estos argumentos, como quiera que los dos socios no tienen la mayoría de los votos en el grupo, se suscitan dudas legítimas sobre quién manda. Otro argumento tiene que ver con la promesa de pignorar la participación de Mundial en el Pinto (53%), constituida a favor del BSCH para hacer frente a eventuales deudas del financiero portugués.

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