Andalucía recibió siete millones de turistas en verano, con una fuerte alza de pernoctaciones en Cádiz y Jaén

El sector turístico está aún lejos de la saturación. La temporada alta ha registrado crecimientos moderados en los destinos turísticos más tradicionales (Costa del Sol, Sevilla) y un fuerte tirón en las pernoctaciones en establecimientos hoteleros de Cádiz y Jaén. Las estadísticas del Gobierno andaluz reflejan que se alcanzarán los siete millones de visitantes en el tercer trimestre. Con estos datos, el consejero de Turismo, José Núñez, dio ayer por descontado que se llegará al registro histórico de 20 millones de visitantes en 1999, pero insisitió en que el sector necesita diversificar su oferta de ocio: "El objetivo en verano ya no debe ser crecer más en número de visitantes, sino en ingresos".

El consejero de Turismo ya rectificó en agosto sus cautas previsiones de crecimiento tras conocer los datos del primer semestre (8,8 millones de turistas y 886.000 millones de pesetas en ingresos). A principios de año, Núñez vaticinó que el sector incrementaría sus ingresos en un 3,5% en 1999. Sin embargo, con las cuentas cerradas hasta agosto, el consejero no dudó ayer en elevar su estimación de crecimiento anual al 8,5%, lo que significaría que el turismo andaluz superará este año los dos billones de pesetas en ingresos. El aumento de la actividad turística no alcanzará, este año, un ritmo tan frenético como en 1998, cuando se produjo una subida de ingresos del 12,4%, pero sí será muy relevante; uno de los indicadores más fiables, el número de pernoctaciones en establecimientos hoteleros de la región se incrementará en un 9,17% en el tercer trimestre, según las estimaciones de Turismo. Eso sí, las listas de clientes de los hoteles reflejan que, en los destinos turísticos tradicionales, el alza de pernoctaciones es más contenida. Los hoteles de Cádiz (con una subida del 25,7% en el tercer trimestre) y de Jaén (con un incremento del 19,7%) registraron tasas de crecimiento muy superiores a las de Sevilla (8,3%) o Málaga (5,5%). Núñez recordó que, en todo caso, los destinos turísticos tradicionales ya habían alcanzado cifras de afluencia de visitantes muy altas en 1998 y que, a pesar de la menor subida de pernoctaciones seguían siendo las que mantenían las tasas de ocupación más altas. De hecho, según los datos que dio a conocer ayer el Instituto Nacional de Estadística, Málaga registró en agosto la mayor ocupación hotelera (88,3%), seguida de Almería (86,4%), mientras que Jaén tan sólo cubrió el 36,8% de sus plazas hoteleras. Menos extranjeros Núñez hizo públicos también los resultados de la encuesta de seguimiento turístico, que por primera vez han elaborado técnicos de la Consejería, entre la segunda quincena de julio y la primera quincena de septiembre. El consejero resaltó que, según los cálculos establecidos en la encuesta, los visitantes se han dejado 404.000 millones de pesetas en "gastos de bolsillo", entre los que destaca el realizado en restaurantes y bares (254.000 millones). La encuesta también refleja un ligero descenso del peso del turismo extranjero en el número total de visitantes que pasaron sus vacaciones en Andalucía. Los británicos (13% de los turistas) y los alemanes (5,7%), siguen siendo los europeos que más visitan la región, aunque la presencia de franceses (2,7%) es cada vez mayor. Éstos fueron también, entre los extranjeros, los que más alargaron su estancia (casi 14 días); si bien, en este apartado, son los propios andaluces, los que más días de vacaciones pasan en destinos de la comunidad (unos 18 de media). Los servicios e instalaciones turísticas andaluzas recibieron, en general, buena nota en las valoraciones de los consultados, si bien Núñez destacó que algunos conceptos registran un descenso respecto a lo que evaluaron los turistas en el tercer trimestre de 1998: la oferta turística pasa del 7,45 al 7,23 y el entorno urbano de una calificación de 7,11 al 7,05. "Esto pone de manifiesto que hay que trabajar en el embellecimiento de ciudades y en evitar la polarización de la oferta", concluyó.