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Religiosos cubanos se enfrentan a la jerarquía por su pasividad con el régimen

La Iglesia católica cubana vive estos días un pequeño terremoto a causa de la filtración de un documento crítico elaborado por un grupo de presbíteros de las diócesis orientales de Cuba en el que se acusa a la jerarquía católica de "quedarse con los brazos cruzados" ante la situación de "indefensión" en que viven los cubanos, así como de desaprovechar los espacios abiertos por el Papa para no "arriesgar" los avances logrados tras su visita. El polémico documento califica al Gobierno de Fidel Castro de "totalitario" y denuncia que éste basa su poder en el "temor" y el "control absoluto" sobre los individuos y la sociedad, y fue elaborado como "material de trabajo" para un cónclave de religiosos que tuvo lugar en julio en Santiago de Cuba. El arzobispo de esta diócesis, Pedro Meurice, fue el protagonista de las mayores críticas al Gobierno durante el viaje del Papa. Fuentes de la Iglesia católica minimizaron la importancia del documento y negaron las versiones, publicadas en la prensa de Miami, de que éste había sido elaborado por un grupo de al menos 50 sacerdotes y laicos orientales, aunque reconocieron la existencia de un escrito crítico. El propio Meurice hizo público ayer un comunicado en el que afirma que el citado "material de trabajo" fue un texto que sólo "sirvió para las discusiones" durante el encuentro religioso, pero indica que "en ningún momento fue sometido a la aprobación de los presentes" ni puede considerarse "oficial".Las críticas al Gobierno atribuidas a los presbíteros de las diócesis orientales son duras y directas, quizá las más críticas hechas por un sector de la Iglesia hasta el momento. "La situación que ha caracterizado el desarrollo de los últimos 40 años de evolución socioeconómica y cultural de Cuba se sintetiza en un nombre: totalitarismo", dice el documento de 13 páginas, que circula ya en medios diplomáticos.

Según los religiosos, el "modelo comunista" ha configurado en Cuba "un sistema de indefensión" del que son víctimas todos los habitantes de la isla, y ante este hecho la jerarquía de la Iglesia católica se ha quedado con los "brazos cruzados".

Disidencia sin apoyo

El documento denuncia que la Iglesia no ha dado "un apoyo firme" a una disidencia que es "eminentemente pacífica" y lamenta que la llamada papal para una apertura con diálogo y reconciliación haya quedado en el vacío ante un régimen "que ha copado todos los aspectos de la vida", hecho ante el cual la Iglesia ha actuado con pasividad.

El comunicado de respuesta de Meurice minimiza la importancia de las críticas e indica que, para la Iglesia, el diálogo, tanto interno como externo, es la "opción para afrontar todo cuanto afecte la vida nacional". "Es aspiración de la Iglesia en sus relaciones con el Estado" mantener un "diálogo sincero, respetuoso y fructífero", señala Meurice.

El disidente cubano Elizardo Sánchez aplaudió el documento calificándolo de "histórico y necesario". "Espero que sirva de base para una reflexión nacional en la que debieran intervenir tanto los gobernantes como los gobernados", dijo Sánchez.

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